Si bien el número total de accidentes de trabajo con baja (IT) entre las personas asalariadas se redujo un 1,1 % hasta los 589.286 en el año 2023, en el Sector de Servicios Privados, el número de AT registró un incremento del 4,6 % en 2023 alcanzando los 278.271.
Es decir, mientras que la siniestralidad se reduce en términos generales, crece en los sectores de nuestra Federación en casi 12.000 nuevos AT, alcanzando el 47,2% del total, 2,5 puntos porcentuales más que el año pasado.
Por tanto, se incrementa el número de AT en el Sector de Servicios Privados y crece su peso en el conjunto de los sectores respecto al año anterior.
Medidas correctoras
Este crecimiento de la siniestralidad está claramente ligado al incremento que ha experimentado el empleo en los servicios privados en el último año: 4,5 % con más de 378.000 nuevos empleos hasta alcanzar los casi 9 millones de personas asalariadas en el cuarto trimestre de 2023.
Pero también es consecuencia de múltiples factores pendientes de solventar como atajar la precariedad laboral; conseguir que las empresas cumplan con la normativa en materia de prevención de riesgos laborales; acabar con la mercantilización de los servicios de prevención ajenos; adaptar la gestión preventiva a las nuevas transiciones digital, demográfica y ecológica; mejorar la participación de la representación de las personas trabajadoras; incorporar la prevención y evaluación de los riesgos psicosociales; facilitar la salida flexible del mercado de trabajo con la mayor protección posible, etc.
Siniestralidad por segmentos de actividad
Un factor decisivo en la organización de la actividad preventiva es la adaptación a las características de la actividad de la empresa y de las personas que la desarrollan. Con este informe queremos contribuir a un conocimiento más preciso de la evolución de la siniestralidad laboral en los sectores y actividades de FeSMC-UGT.
Los índices de incidencia (número de accidentes de trabajo por cada cien mil personas asalariadas), con valores superiores a la media nacional señalan a aquellos sectores con mayor precariedad laboral (por temporalidad, por parcialidad, por organización del tiempo de trabajo, por la rotación en el empleo, por un mayor uso de la subcontratación, por la estructura empresarial y la dispersión de los centros de trabajo, entre otros): Transporte y almacenamiento (con 4.315 AT por cada cien mil personas asalariadas), Actividades administrativas y servicios auxiliares (3.782,6), Hostelería (3.531) y Actividades artísticas, recreativas y de entretenimiento (3.114,6).
La gran mayoría de los AT se producen durante la jornada de trabajo (82,9 %). Sin embargo, sigue la tendencia alcista de los AT in itinere (7,4 %).
Aumenta la gravedad de los accidentes, de forma que el número de AT graves alcanza la cifra de 1.647 en 2023, lo que supone un aumento del 7,5 % respecto al año anterior. Un crecimiento que contrasta con el descenso del 1,4 % en el conjunto de la actividad económica.
A la vista de los datos, la reducción de los AT entre las personas con contrato temporal contrasta con el incremento de los mismos entre aquellas con contrato a tiempo parcial. La precariedad se traslada de la temporalidad a la parcialidad.
Desigualdad
Mejorar la seguridad y salud en el trabajo es también una forma de luchar contra la desigualdad. En el conjunto de los servicios privados hay un mayor número de mujeres, de jóvenes y de personas con una ocupación de baja cualificación que sufren accidentes. En 2022, un 38,4 % de los accidentes de trabajo con baja en jornada lo sufrieron mujeres, un 35,8% contaba con menos de 35 años y un 33,1 % del total afectó a personas con baja cualificación.
Las personas trabajadoras de las pequeñas empresas están especialmente desprotegidas. Un 47,5 % de los accidentes de trabajo en jornada se producen en centros que emplean a menos de 50 trabajadores y trabajadoras en el conjunto de actividades de nuestra Federación.
La negociación colectiva constituye una herramienta fundamental para avanzar en la seguridad y salud de las personas trabajadoras. Para que siga siéndolo y consiga ser un instrumento útil para reducir la siniestralidad laboral es imprescindible que las empresas se comprometan a abordar las causas de los accidentes de trabajo y la forma de prevenirlos.
Finalmente, confiamos en que la Mesa de Diálogo Social en materia de prevención de riesgos laborales puede convertirse en el lugar adecuado para solventar algunos de los retos pendientes, como un Plan de Choque contra la Siniestralidad Laboral; la prevención y evaluación de los riesgos psicosociales; acabar con la mercantilización de los servicios de prevención; la creación del Delegado/a sectorial/territorial de prevención; así como adecuar la legislación en materia preventiva a las nuevas realidades del mundo del trabajo.