En este Día Internacional de las Mujeres, FeSMC-UGT se suma a las reivindicaciones por la igualdad real y efectiva, alertando sobre las amenazas que suponen la violencia, el auge de los discursos negacionistas y las desigualdades en el mercado laboral. Desde nuestra Federación, subrayamos la urgencia de garantizar derechos, cerrar brechas de género y combatir la desinformación para avanzar hacia una sociedad más justa y equitativa. Además, reafirmamos nuestro compromiso con la igualdad ante los nuevos desafíos globales

Como cada 8 de marzo, desde la Federación de Servicios, Movilidad y Consumo de UGT nos sumamos a las reivindicaciones del Día Internacional de las Mujeres y reiteramos nuestro firme compromiso con la igualdad efectiva y plena entre mujeres y hombres. Y es que, aunque hayan sido muchos los logros alcanzados, quedan muchas brechas de género por cerrar. Cada día, mujeres de todo el mundo sufrimos desigualdad y discriminación y nos enfrentamos a situaciones de violencia y abusos en todos los ámbitos solo por el hecho de ser mujeres. Además, la mayor parte de las personas que viven en situación de pobreza somos mujeres.

Vivimos un contexto internacional muy convulso y nos enfrentamos a enormes desafíos que amenazan el avance en la igualdad real y efectiva de mujeres y niñas.

El mundo se está volviendo cada vez más violento y existe un desprecio absoluto por el derecho internacional. A las grandes guerras se suman conflictos armados de menor intensidad por todo el planeta. Hay que recordar que las mujeres y las niñas, en tiempos de guerra, somos especialmente vulnerables, al utilizarse la violación como estrategia de terror y forma de tortura, tratándonos además como “botín” de guerra. En palabras de Sima Bahous, Directora Ejecutiva de ONU Mujeres: “Las mujeres siguen pagando el precio de las guerras de los hombres”. Seguimos siendo muy pocas las mujeres que participamos en los procesos de paz y seguridad, a pesar de que se ha constatado que cuando las mujeres participamos, los acuerdos de paz son más duraderos y se implementan mejor.

Otro de estos desafíos que amenaza los derechos de las mujeres y las niñas es el cambio climático. Así, la crisis climática está aumentando los conflictos y la migración, como también el discurso político de exclusión y antiderechos dirigido a las mujeres, las personas refugiadas y otros grupos vulnerables. Debido al acceso desigual de las mujeres a los recursos naturales, los servicios públicos y la infraestructura y a su dependencia de ellos, nos vemos afectadas de manera desproporcionada por la degradación ambiental. Es necesario garantizar procesos de transición justa con perspectiva de género que tengan presente que mujeres y hombres sufren de diferente forma las consecuencias del cambio climático y el deterioro ambiental.

Los sindicatos jugamos un papel muy importante en el avance en los derechos laborales y sociales

Quizás el mayor retroceso en igualdad llegue del auge de la extrema derecha en el mundo.  El negacionismo, las fake news, la creciente desigualdad social de las políticas neoliberales y la polarización política se traduce en esta merma de derechos. Mientras países como Francia blindan constitucionalmente el derecho al aborto, asistimos con incredulidad a las políticas de Donald Trump, políticas de retroceso en los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres en Estados Unidos y contra las políticas de igualdad y diversidad. O Milei, en Argentina, que está acabando con las políticas que luchan contra la discriminación y la violencia hacia las mujeres. Los sindicatos jugamos un papel muy importante en el avance en los derechos laborales y sociales. Por eso debemos rearmarnos para luchar contra la desinformación y los discursos negacionistas que se dirigen contra las políticas de igualdad.

Mercado laboral

A pesar del contexto internacional, España sigue siendo uno de los países con mayor índice de igualdad de género del mundo. Y aun así, siguen persistiendo importantes brechas de género, también en el mercado de trabajo. La brecha salarial, la segregación ocupacional, la parcialidad no deseada, el techo de cristal siguen siendo una realidad para miles de mujeres en este país. Las mujeres seguimos asumiendo mayoritariamente las responsabilidades domésticas y de cuidados en el ámbito familiar, asumiendo la trampa de la conciliación que penaliza nuestra carrera profesional y reduce nuestros ingresos presentes y futuros.

Este 8 de marzo, desde FeSMC-UGT, reafirmamos nuestro compromiso para seguir peleando por los derechos conquistados pero que necesitan, más que nunca, ser protegidos y ampliados. En un plano global e internacional, exigimos el respeto del derecho internacional y el respeto de las mujeres y niñas en todos los conflictos armados, porque hasta las guerras tienen normas. También justicia climática feminista que ponga a las mujeres en la toma de decisiones en los procesos de transición para garantizar que se realicen con perspectiva de género. Es necesario rearmarnos frente a los discursos negacionistas y la desinformación. En un plano interno, cerrar las brechas de género en el mercado de trabajo pasa por seguir incrementando el SMI hasta situarlo en el 60% de la media salarial; por el cumplimiento de los planes de igualdad en las empresas y la necesaria financiación a los agentes sociales para su negociación; por la erradicación de la violencia machista en los centros de trabajo; por la dignificación del sector de los cuidados, dotando de condiciones dignas a las personas, en su mayoría mujeres, que se dedican de manera remunerada a esta labor; por avanzar hacia la corresponsabilidad real y efectiva, así como por contar con permisos retribuidos para el cuidado familiar para que estos cuidados no obstaculicen la carrera profesional de las mujeres.

Por la igualdad efectiva y real, hoy 8 de marzo, seguimos adelante para contribuir a una sociedad igualitaria, corresponsable y justa.