Este 18 de septiembre, Día de la Igualdad Salarial, FeSMC-UGT reitera su compromiso con la eliminación de la discriminación salarial, una forma más de violencia machista hacia las mujeres.

Frente a los discursos antifeministas que pretenden negar la existencia de las violencias machistas, para FeSMC-UGT es esencial visibilizar la realidad de las distintas formas en que se materializan dichas violencias. En concreto, hoy 18 de septiembre, Día de la Igualdad Salarial, ponemos el foco en la discriminación salarial que sufrimos las mujeres, una forma más de violencia económica, una forma más de violencia machista, y reiteramos nuestro compromiso sindical para conseguir su completa erradicación.

Violencia machista es toda aquella que, como manifestación de la discriminación, la situación de desigualdad y las relaciones de poder de los hombres sobre las mujeres, se ejerce sobre estas por el hecho mismo de ser mujeres. La discriminación salarial por razón de sexo tiene como origen una estructura económica y social que se fundamenta en el sexismo y es una forma de violencia machista.

La discriminación salarial por razón de sexo es una forma de violencia machista porque limita a la autonomía de las mujeres en todos los ámbitos de la vida, impidiendo su acceso a los recursos, oportunidades y derechos en condiciones de igualdad con los hombres y provocando situaciones de dependencia y vulnerabilidad que se extienden a lo largo de toda la vida.

Los datos objetivos no dejan lugar a dudas. En el Informe de Brecha Salarial de FeSMC 2025 publicado a principios de este año mostrábamos que, en el año 2023, las mujeres cobraron, de media al año, 5092 euros menos que los hombres. En el caso de los sectores de nuestra Federación, la diferencia fue aún mayor: las trabajadoras cobraron una media de 7.158 euros anuales menos que sus compañeros.

Lo que se esconde tras estas desigualdades salariales no siempre es fácil de medir o cuantificar. En la actualidad, la mayoría de las discriminaciones salariales son indirectas y se sustentan en la falta de políticas efectivas de igualdad en las empresas, la ausencia de estrategias de conciliación y corresponsabilidad y la opacidad en las políticas retributivas y en los datos de los registros y auditorías salariales. El mandato del artículo 28 del Estatuto de los Trabajadores que establece la “Igualdad de remuneración por razón de sexo” se difumina cuando las empresas no disponen de descripciones objetivas de sus puestos de trabajo, libres de sesgos de género, que permitan comprobar que existe una misma retribución para trabajos de igual valor. A todo esto hay que añadir la ausencia de perspectiva de género en los planes de formación, promoción y desarrollo que faciliten a las mujeres desarrollar su carrera profesional dentro de la empresa.

Debemos también seguir trabajando en la eliminación de las desigualdades estructurales que sustentan la discriminación salarial. Por un lado, las trabajadoras se siguen concentrando en sectores o puestos de trabajo peor remunerados como los relacionados con los cuidados (segregación horizontal) que son peor valorados social y económicamente frente a los trabajos “productivos”, debido a la visión sexista y androcentrista imperante en nuestra sociedad. Y, por otra parte, las mujeres seguimos encontrando grandes dificultades para acceder a los puestos de mayor responsabilidad y retribución (segregación vertical) debido a factores como la falta de flexibilidad laboral, de políticas de conciliación y corresponsabilidad, etc. Recordemos que las mujeres siguen soportando la mayor parte de la carga doméstica y de cuidados.

En definitiva, la discriminación salarial es una forma de violencia que expone a las mujeres a un mayor riesgo de pobreza en todas las etapas de la vida, a la dependencia y la vulnerabilidad, y conlleva un impacto en nuestra salud mental debido a la carga laboral, doméstica y de cuidados no retribuida.

Desde FeSMC-UGT seguiremos trabajando para erradicar la violencia económica hacia las mujeres mediante la eliminación de todos los factores que desencadenan las discriminaciones salariales por razón de sexo:

  • Apostamos por la reducción de la jornada laboral a 32 horas, porque las jornadas más cortas ayudan a la corresponsabilidad, además de producir una mejora de la calidad de vida de los trabajadores y trabajadoras.
  • Reclamamos la puesta en práctica del nuevo Plan Estratégico de la Inspección de Trabajo y Seguridad Social 2025-2027 que en su línea 5.1. se compromete a intensificar la actuación inspectora en la lucha contra la discriminación por razón de sexo, prestando especial atención al abono de una misma remuneración por un trabajo de igual valor, combatiendo la pervivencia de situaciones de discriminación salarial.
  • Desarrollamos recursos y herramientas para que, a través de los Planes de Igualdad que negociamos en las empresas, nuestras delegadas y delegados puedan velar porque la IA y los algoritmos existentes en los procesos de selección, valoración de retribuciones, etc. no perpetúen estereotipos y discriminaciones hacia las trabajadoras.
  • Exigimos, en todas las empresas de nuestros ámbitos sectoriales, el cumplimiento de la normativa vigente en materia de Igualdad Retributiva recogida en el Estatuto de los Trabajadores y en el Real Decreto 902/2020, de 13 de octubre, de igualdad retributiva entre mujeres y hombres.
  • Requerimos que la Administración refuerce las herramientas y criterios para la elaboración de registros retributivos, valoración de puestos de trabajo y auditorías retributivas.
  • Consideramos necesario reducir el porcentaje en el que es necesario justificar la brecha salarial en las empresas con auditoría retributiva, actualmente fijado en un 25%, a valores que no superen el 5%.
  • Buscamos acabar con la segregación horizontal y vertical de las trabajadoras a través de la negociación de Convenios Colectivos y Planes de Igualdad que garanticen la igualdad de trato y oportunidades entre mujeres y hombres y que potencien la presencia de trabajadoras especialmente en los sectores y ocupaciones donde están infrarrepresentadas, como son las profesiones STEM, con salarios por encima de la media.
  • Luchamos por dignificar las tareas y los sectores de cuidados, impulsando el reconocimiento social y económico que se merecen, porque las tareas asociadas a la reproducción y los cuidados son necesarias para la sostenibilidad de la sociedad.

Conseguir la igualdad retributiva para trabajos de igual valor pasa necesariamente por tener en cuenta todos los factores que afectan a brecha salarial por cuestiones de género como la desigualdad en la asunción de las cargas domésticas, la infrarrepresentación de las mujeres en los órganos de decisión y la elevada presencia de la mujer en trabajos informales y no remunerados, entre otros.

A pesar de los desalentadores datos de brecha salarial, vemos avances significativos a la mejora en conciliación y corresponsabilidad, ampliando los permisos retribuidos de los trabajadores y trabajadoras, el mayor nivel educativo de las mujeres, que hará necesariamente que se incorporen en mejores condiciones al mercado laboral, o los avances legislativos como la Directiva Europea de transparencia salarial que tendrá que implementarse en España el próximo 7 de junio de 2026.