El próximo sábado, 8 de marzo, las calles volverán a teñirse de morado por el Día Internacional de la Mujer. Las delegadas y delegados de la Federación de Servicios, Movilidad y Consumo de UGT (FeSMC-UGT) no faltarán a esta gran movilización, llevan tiempo preparándola, pero su trabajo y su lucha por la igualdad no empieza y termina en esta manifestación y en todos los actos que se celebran durante estos días. Su activismo dura los 365 días del año, y como señala Antonio Oviedo, Secretario General de FeSMC-UGT, “ahora más que nunca es una lucha que debemos intensificar porque llevamos tiempo escuchando discursos y mensajes que buscan deslegitimar el movimiento feminista y cuestionar algunos principios que creíamos asentados”.
Los datos del informe de UGT publicado esta semana revelan que “persiste la segregación ocupacional de las mujeres, que se concentran mayoritariamente el sector servicios; el empleo a tiempo parcial está desempeñado mayoritariamente por ellas; persiste la brecha de género en la tasa de paro y las mujeres siguen siendo mayoría en la contratación temporal y en la asunción de responsabilidades familiares no retribuidas”.
“Son las personas jóvenes quienes atesoran el mayor potencial para un cambio definitivo, para erradicar brechas, techos de cristal, violencias, machismos…”
En este sentido, Antonio Oviedo aclara que “los datos, las cifras, nos permiten medir el grado de cumplimiento de las medidas que van aplicándose gracias a los acuerdos que logramos y a los cambios legislativos que promovemos, pero debemos ir más allá”.
Educar para la igualdad
Según reconoce el Secretario General de FeSMC-UGT, cuando hablamos de igualdad “una de las claves está en el pensamiento, en la educación, la mentalidad, los valores. Es una cuestión cultural que hay que modificar en todos los ámbitos de la sociedad, pero también del pensamiento y especialmente en las nuevas generaciones. Hablamos de patrones de comportamiento claramente machistas que llevan décadas, siglos, normalizados. Eso es lo que debemos cambiar y lo que, de hecho, estamos cambiando”.
El Secretario General de FeSMC-UGT lo tiene claro: “Es en las escuelas, en los institutos, en las universidades donde hay que educar y formar para asentar los valores que defiende el feminismo. Por eso es importante que nuestra organización se refuerce con personas jóvenes entre sus filas, que defiendan los principios de un sindicato feminista como UGT. Nuestra Federación, desde luego, está en esa tarea”.
“Una de las claves está en el pensamiento, en la educación, la mentalidad, los valores. Es una cuestión cultural que hay que modificar en todos los ámbitos de la sociedad»
Que las sociedades que promueven la igualdad, el respeto y la empatía con las demás personas son sociedades éticamente más evolucionadas y, desde un enfoque pragmático, mucho más capacitadas para lograr sus objetivos en el ámbito político, económico y social es de una lógica aplastante. En este sentido, Oviedo vuelve a poner el foco en las nuevas generaciones: “Son las personas jóvenes quienes atesoran el mayor potencial para un cambio definitivo, para erradicar brechas, techos de cristal, violencias, machismos…”.
Planes de igualdad: un beneficio común
En esta Federación de UGT llevan años negociando planes de igualdad en infinidad de empresas de todos los sectores vinculados a los servicios, el transporte y el consumo, “con recursos propios del Sindicato”, como señala Oviedo.
Antonio Oviedo, Sº General de FeSMC-UGT, firmando el Plan de Igualdad de Inditex, en la sede de la empresa.
Estos planes de igualdad benefician a todos los trabajadores y las trabajadoras, a toda la sociedad; sin embargo, se financian con las cuotas de las afiliadas y los afiliados. “Nuestras delegadas y delegados no dan abasto, tienen cargas de trabajo sobredimensionadas, echan muchísimas horas, pero como Sindicato tenemos otros frentes en los que debemos estar y estamos. Por tanto, es el Estado el que debe proporcionarnos recursos para realizar esta labor necesaria sin desatender otras, para seguir avanzando en igualdad, especialmente en la protección de las mujeres y en la defensa de sus derechos”.
Amenazas contra el feminismo
En los últimos años nadie puede negar que en el marco político ha surgido un populismo de ultraderecha que ha ido expandiéndose por Europa y que también ha germinado en España, alcanzando cotas de representación institucional que apenas hubiéramos intuido hace un tiempo. En este sentido, el Secretario General de FeSMC-UGT advierte que “partidos como VOX, y todo lo que le rodea, representan aquello contra lo que llevamos años luchando desde el Sindicato. Por tanto, debemos estar preparadas y preparados para confrontar, debemos rearmar nuestros discursos y mentalizarnos para una batalla dialéctica en la que contamos con una ventaja: la ética de nuestros argumentos”.
Los discursos, los mensajes, las narrativas de estos partidos políticos que se sitúan en la extrema derecha buscan deslegitimar el movimiento feminista y utilizan la mentira –viralizada a través de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación– para justificar sus propuestas xenófobas, homófobas y machistas. “Si consiguen dibujar una realidad artificial, alternativa, que en nada se parece a la realidad que vivimos y logran que una parte de la ciudadanía se la crea, el movimiento feminista, el movimiento sindical, las organizaciones progresistas, verán mermada su capacidad de influencia y debilitada su credibilidad. Esta es una amenaza que debemos combatir con todos los recursos a nuestro alcance”, alerta Oviedo.
«Debemos rearmar nuestros discursos y mentalizarnos para una batalla dialéctica en la que contamos con una ventaja: la ética de nuestros argumentos”
Igualdad en los liderazgos
La sociedad necesita que las mujeres sean, como mínimo, igual en número que los hombres allí donde se toman decisiones que afectan a la ciudadanía, a la sociedad, a la economía, a los derechos… “No podemos seguir viendo con naturalidad imágenes de consejos de administración con un 90% de hombres, ni cumbres europeas o mundiales con 45 presidentes de Gobierno y cinco presidentas”. Oviedo hace extensiva esta realidad a las organizaciones políticas, sociales y sindicales, que deben ser un reflejo de la propia sociedad, y lo expresa sin ambages: “De poco sirven los discursos, las campañas y los mensajes si en la foto fija de los liderazgos colectivos en cualquier organización progresista que se declare feminista, aparecen una mayoría de hombres. Esta es una contradicción que debemos resolver cuanto antes”.