Los responsables de UGT señalan que es prioritario la consideración de agentes de la autoridad para los vigilantes de seguridad.
La Federación de Servicios, Movilidad y Consumo, FeSMC-UGT de Euskadi condena la agresión sufrida por una vigilante de seguridad el pasado lunes, día 20 de marzo, en Irún, y lamenta tras el juicio rápido celebrado ayer, 22 de marzo, el escaso respaldo jurídico que tiene el sector.
Para los responsables de UGT no es de recibo que este tipo de agresiones acaben con condenas leves, al no tener consideración de agentes de la autoridad.
La vigilante de seguridad que presta sus servicios en un supermercado Eroski de Irún, vio que el pasado lunes, un indigente estaba en una actitud «muy agresiva» dentro del citado supermercado por lo que le indicó que saliese del mismo y que dejase de molestar a los usuarios.
Al parecer estas palabras no le sentaron bien al indigente que en un «arrebato de agresividad» golpeó a la vigilante con una lata de refresco en el ojo, rompiéndole las gafas y ocasionándole importantes lesiones.
Tras el incidente la vigilante de seguridad fue atendida por el servicio de urgencias y a continuación acudió a la comisaría para interponer la denuncia pertinente por las lesiones recibidas.
Ayer mismo se celebró el juicio rápido en el que se condenó al autor de las agresiones con una falta leve, en lugar de las penas que conllevan las agresiones a agentes de la autoridad que van de uno a cuatro años de prisión.
Los responsables del sector recuerdan que desde UGT se continúa trabajando para incidir en el nuevo Reglamento de Seguridad Privada, para que se dote al sector de una mayor cobertura legal en el desempeño de sus funciones, y que en el momento que la persona de seguridad este realizando una intervención ante cualquier tipo de falta o delito, se le conceda automáticamente el carácter de agente de autoridad.
Asimismo, desde el sector de Seguridad Privada de FeSMC-UGT Euskadi, advierte del preocupante aumento de las agresiones que sufre el personal de seguridad privada por el simple hecho de realizar su trabajo, con medidas de autoprotección a menudo insuficientes.
Por todo ello hacen un llamamiento también a todos los estamentos implicados (empresas de seguridad privada, clientes y administraciones públicas) para que se adopten las medidas necesarias para dotar a los trabajadores y las trabajadoras del sector de seguridad privada de los medios necesarios para poder desarrollar su actividad, garantizando la integridad física tanto de los y las vigilantes de seguridad, como de los/as clientes y usuarios/as de los establecimientos públicos y privados.