Las palabras de José Luis Izuel son contrarias a la DIGNIFICACIÓN de la HOSTELERÍA. Por más que intente disculparse, las manifestaciones han dejado patente un modelo de negocio arcaico donde se pretende maquillar la explotación laboral disfrazándola de flexibilidad.

El Sector Federal de Hostelería, Restauración y Turismo de FeSMC-UGT muestra su indignación ante las declaraciones del líder nacional de los hosteleros durante las jornadas “El reto de las vacantes en España” organizadas por CEPYME.

UGT es testigo de reiteradas afirmaciones de los representantes patronales de distintos lugares de la geografía española: “NO SE ENCUENTRAN CAMAREROS” y “LOS JOVENES NO QUIEREN TRABAJAR EN EL SECTOR DE LA HOSTELERÍA”.

UGT defiende que es impensable atraer y retener talento y profesionales al sector si el máximo dirigente de los empresarios hosteleros lanza rotundas y equivocadas afirmaciones como las de esta semana. «Toda la vida en hostelería hemos hecho media jornada, de 12 a 12», «¡Bendito sea que trabaje 10 horas!», refiriéndose a los empleados, «Que hacen 10 horas… ¡Joder qué dolor! o “Fíjate si es malo trabajar que hasta pagan”.

Efectivamente, por mucha disculpa que medie, José Luis Izuel no solo ha denostado las condiciones laborales, aún peor, olvida la realidad que sufren muchas trabajadoras y muchos trabajadores y la línea ideológica de empresarios que no cumplen con la legislación vigente. Incumplen los aspectos más básicos del Estatuto de los Trabajadores y los Convenios Colectivos.

En España, a los representantes del sector se nos llena la boca con afirmaciones como que la industria turística, de la que forma parte la restauración, es nuestro principal motor económico. La economía de nuestro país sigue en ascenso, crecimiento favorecido por la recuperación pospandemia del sector con cifras anuales récord.

Ahora bien, la riqueza generada ¿cómo se distribuye? o quizás, mejor dicho, ¿se distribuye? Los beneficios empresariales siguen en constante aumento, pero el poder adquisitivo de las personas trabajadoras, no.

Se deben abandonar estas directrices irresponsables e improcedentes enunciadas por el presidente de los hosteleros. No es suficiente una disculpa, el daño provocado en la reputación al sector es muy severo.

Su última explicación: “Siento que me haya equivocado en meter un chascarrillo de un tema muy serio», dista mucho de la necesaria rectificación que se le exige y no corrige su argumento sobre el porqué no se cubren las vacantes en el sector.

Debemos apostar por la calidad en el empleo, por el cumplimiento de la jornada laboral contratada, por la conciliación familiar, por modernizar un sector que siempre quiere ser exprimido y por el reconocimiento a los profesionales del sector

Qué vuelco daríamos a la DIGNIFICACIÓN del Sector si las manifestaciones hubieran sido en otra dirección. “Respetemos los descansos entre jornada y jornada, Atraigamos el talento joven con proyectos de carrera profesional. Nuestros negocios hosteleros requieren de muy amplios perfiles. Los salarios deben ir en consonancia con los ingresos y beneficios de las empresas. Nuestros compañeros y compañeras necesitan conciliar la vida personal, familiar y laboral”.

Por supuesto, las palabras deben convertirse en hechos. Sindicatos, empresarios y entidades públicas trabajando al unísono por el bien de las personas trabajadoras y el futuro del desarrollo económico de nuestra nación.