Tras demasiado tiempo negociando la renovación de este convenio colectivo, todos los sindicatos presentes en la negociación del mismo, salvo UGT, han llegado a un acuerdo con la patronal del sector para los años 2022 a 2024.

Varias son las razones que nos han llevado a esta meditada decisión. La principal, que desde el punto de vista económico se aleja mucho de los objetivos que nos habíamos marcado, que el colectivo trabajador merece y que todas las empresas del sector podrían soportar.

Por recodar, veníam0s de un convenio colectivo firmado en circunstancias muy difíciles, con los plenos efectos de la pandemia de la COVID-19 y que se publicó en julio de 2022.

Ese convenio colectivo fue una mera revisión de salarios, sin aportar ninguna mejora para las personas trabajadoras en el plano social. El año anterior a la publicación del convenio colectivo la inflación en España se disparó al 6,5% y en 2022 al 5,7%. En la actualidad la inflación interanual esté en el 4%. Entre el período 2019 a 2021 los salarios se han incrementado en apenas un 5%, cuando la inflación en ese período ha sido del 6,80%.

La pérdida de poder adquisitivo ha sido enorme, no tanto por ese 1,80% de diferencia, sino porque se han incrementado las tablas salariales en esos años pero sin haber sido abonado los atrasos que hacen recuperar poder adquisitivo.

El nuevo convenio colectivo incluye una paga compensatoria de 750€ para 2022, un 2,5% de subida salarial para 2023 y un 2% para 2024, lejos de los objetivos sindicales en material salarial en todo el Estado, en este sector, y del recientemente firmado V Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva.

Además, las dos cláusulas de revisión firmadas supondrán otra enorme y acumulada pérdida de poder de compra en el caso de que la inflación siga alta. El nuevo convenio colectivo no reduce la jornada anual, que sigue siendo muy alta (1794 horas/ año frente a las 1760 horas/año de media en los convenios colectivo sectoriales en Aragón), y nada se ha incluido en el texto con respecto a la promoción profesional automática de dependiente/a de 2ª a dependiente/a de 1ª, ni de oficial de 2ª a oficial de 1ª, caballo de batalla durante toda la negociación y que la patronal había asumido de alguna
manera. Sorprende que los sindicatos firmantes hayan avalado que el nuevo convenio colectivo no hay incluido ningún compromiso empresarial en esta materia, cuando todos lo dábamos por hecho.

En la fase final de la negociación, durante toda ella UGT ha sido muy proactiva, firme y exigente, nuestro sindicato apostó por forzar un acuerdo mejor, sobre todo en materia salarial, rompiendo con la atonía, el desinterés y el conformismo imperante en la mayor parte de trabajadoras y trabajadores del sector.

En realidad, se acaban firmado este tipo de convenios colectivos porque una vez agotada la vía de la
negociación los empresarios no temen ninguna respuesta sindical contundente, y menos la esperan del colectivo trabajador.

La idea de UGT de movilizar para avanzar no ha sido ni entendida ni compartida, pero debe ser parte de fututo inmediato si alguna vez todos y todas queremos tener las condiciones de trabajo que merecemos y que las empresas del sector no quieren darnos.

Pueden, pero no quieren. El reciente acuerdo de mejora de condiciones sociales y retributivas en las
tiendas del grupo Inditex avala esto que decimos. Tampoco debemos dejar pasar por alto el hecho de que hasta el propio Banco Central Europeo ha llegado a la conclusión de que más del 70% de la inflación doméstica se debe a los beneficios empresariales. De nuevo, pueden, pero no quieren.

Un acuerdo para la renovación de nuestro convenio colectivo que hubiera tenido mayores incrementos salariales, mejor blindaje frente a la inflación, reducción de jornada y una promoción interna que acabe con la indecente y generalizada ausencia de carrera profesional en las empresas no habría supuesto ningún problema para ninguna, ni grandes ni pequeñas.

La cuestión es que ni como colectivo ni los sindicatos llegamos a dónde hay que llegar para obligarles a ello.

En UGT, tanto la estructura del sindicato en el sector de comercio como vuestras representantes legales (delegadas) en las empresas que han participado en la negociación, lamentamos que este convenio colectivo se haya firmado en estas condiciones.

Habría bastado con que otro sindicato con suficiente peso en la negociación del convenio hubiera hecho igual que nosotros para que la patronal del sector hubiera mejorado sus propuestas.

Tendría que hacerlo porque la alternativa a ello, por lo menos por nuestra parte, habría sido comenzar una campaña de denuncia pública sobre la negociación colectiva en el textil de Zaragoza, asambleas
y movilizaciones. Para otra vez será, esperamos, si el resultado de la negociación del convenio colectivo a partir de 2024 vuelve a plantearse como éste.