Los últimos siniestros ocurridos recientemente evidencian que no es seguro ni para las personas conductoras, ni para las y los pasajeros, ni para las mercancías, ni para el resto de personas usuarias de las vías públicas, que una persona con una edad de 65 o 67 años (actualmente la edad de jubilación ordinaria), esté al volante de un vehículo más de 8 horas todos al día sometido a ritmos de trabajo estresantes, a las inclemencias del tiempo y de la circulación y, en definitiva, a unas condiciones laborales penosas y peligrosas. La edad constituye un factor determinante en la pérdida o disminución de capacidades de movilidad, vista, oído y cognitivas.

Si no se adoptan medidas, los accidentes mortales van a seguir en aumento ya que la mayoría de las personas conductoras son mayores de 50 años lo que supone una mayor probabilidad de sufrir accidentes por falta de sueño, enfermedades, indisposiciones al volante, falta de reflejos, fatiga, etc…

Por otra parte, no habrá relevo generacional sin condiciones laborales dignas y la jubilación anticipada es sin duda una manera de dignificar la profesión y atraer personas jóvenes al sector.

Desde los sectores estatales de CCOO y UGT exigimos al Gobierno que tanto en la regulación de la jubilación parcial como en la aplicación de coeficientes reductores por penosidad, peligrosidad o toxicidad, se nos tenga en cuenta. No entenderíamos un nuevo sistema legal que perjudique a las personas conductoras su acceso a la jubilación anticipada, no pedimos privilegios sino justicia social y respeto para una profesión que, por sus pésimas condiciones, está en peligro de extinción.

Por ello, de nuevo el 7 de junio, día de lucha por la jubilación anticipada de las conductoras y conductores profesionales volveremos a manifestarnos, no sin antes comunicar a toda la sociedad que estamos en disposición de convocar un paro general en el sector si no se atiende nuestra más que justa reivindicación.