Trabajadoras y trabajadores de la empresa del grupo Avanza, Vitrasa, han comenzado una huelga en el transporte de viajeros de la ciudad de Vigo establecida en tres jornadas completas los días 31 de marzo y 1 y 2 de abril. El recrudecimiento de la presión social ya se viene forjando desde las movilizaciones llevadas a cabo en noviembre del año pasado.
Vitrasa y el grupo Avanza siguen jugando en la cuerda floja y han hartado a la plantilla con sus formas maleducadas de negociar y su maltrato a todas las trabajadoras y trabajadores. Este maltrato parece no calar en el Concello pues han propiciado dos subidas de tarifa en menos de un año, las cuales Vitrasa advierte que no llegan. Estas subidas de tarifa y aumento de beneficios no significan un reparto con las personas trabajadoras y se niegan a actualizar los salarios, reponer los servicios de transporte y frecuencias eliminadas.
La negativa de la empresa Vitrasa a una negociación colectiva eficaz y la construcción conjunta de los servicios mínimos con el Concello de Vigo, pueden hacer incluso que en período de huelga obtengan beneficios.
Los servicios mínimos marcados por el Conello de Vigo afectan a las líneas más rentables y dejan las líneas deficitarias afectadas por la huelga, estableciendo así vecinos de Vigo de clase A y otros de clase B, como son los del rural a los que arrebata el servicio de transporte. Igual con un poco de suerte también les condonan los impuestos municipales. Suerte.
Vitrasa y Avanza campan a sus anchas por Vigo mientras el Concello disfruta de la Semana Santa y los usuarios de transporte urbano se quedan en tierra.
Definitivamente, desde el Comité de Empresa se solicita al Concello de Vigo que salga de su letargo y comience los trámites de retirada y rescate de la concesión pública. Motivos, hay de sobra.