El Consello Galego de Relacións Laborais acogerá la segunda reunión de mediación el próximo martes día 2 de mayo.

El frenetismo de estos últimos días en relación al sector de transporte de viajeros por carretera en todo el territorio gallego ha liberado una actualización salarial para los años 2021 y 2022 correlativa a los aumentos del IPC en esos años, 6,5% y 5,7% respectivamente. El acuerdo final que se alcance plasmará esta realidad de manera ejecutiva, asumida por la parte patronal para las cuatro provincias gallegas. Atrás quedaron las posturas iniciales de subida anual del 0,8% planteadas por la parte empleadora.

El sector y organizaciones sindicales se han movilizado duramente durante los últimos días con asambleas en las capitales gallegas, una manifestación en Santiago de Compostela el pasado martes 25 y, sobre todo, una huelga sectorial activa que si bien es cierto que ha suspendido sus jornadas de los días 27 y 28, se transformará en indefinida desde el día 8 de mayo salvo que se alcance un acuerdo satisfactorio en la mesa gallega, tutelada por un proceso de mediación, y con el comité de huelga en representación de la parte sindical.

El principal objetivo es una actualización salarial definitiva que permita afrontar los años venideros con garantías y una recuperación de la pérdida de poder adquisitivo sufrida por toda la población trabajadora de este país, pero que se agrava en el sector de viajeros cuyos salarios están muy por debajo de las responsabilidades diarias asumidas transportando sin incidencias a miles de viajeras y viajeros diariamente por las carreteras gallegas.

La Xunta de Galicia juega un papel muy importante pues monopoliza la contratación en este sector. Su aportación, sobre todo económica, es primordial para que el transporte de viajeros sea efectivo, de calidad y a la altura de una comunidad autónoma que debe ser eficiente en esta materia debido a sus especiales características geográficas y estructurales. La parte social y patronal están negociando duramente sobre un escenario que tiene que afianzar la Xunta, concretamente mediante una aportación económica a la altura del servicio de calidad que pretende para la CCAA de Galicia y suficiente para revalorizar el aumento del coste público del transporte de viajeros. La Consellería de Infraestruturas e Mobilidade (en mayor medida), la de Cultura, Educación e Universidade y por último la de Política Social e Xuventude, deben garantizar una transporte general, escolar y social eficiente para la ciudadanía gallega. El reto de un transporte sostenible solo se alcanzará forjando una base sólida mediante una apuesta firme por el transporte colectivo.

La mesa gallega de transporte de viajeros tiene actualmente cuatro patas; la parte social, la parte empresarial, el importante papel del órgano mediador y la administración gallega. Solo una armonización y un eficaz desempeño de roles de cada parte puede desencadenar en una solución definitiva a un conflicto que a partir del día 8 se recrudecerá si no hay una apuesta a la altura de un sector que lleva años reivindicando mejoras y pidiendo que se valore el trabajo que realiza.

El próximo martes, en jornada de tarde, se tratará de avanzar en la resolución de este conflicto negociando un acuerdo gallego que se pretende que no sea marco, sino de aplicación directa a las cuatro provincias gallegas, creando un acuerdo autonómico que armonice las diferencias inexplicables y actualmente existentes entre A Coruña, Lugo, Ourense y Pontevedra. Se abordarán cuestiones tan importantes como jornada, salario, plus de conductor-perceptor y dietas.

Un convenio colectivo autonómico de transporte de viajeros por carretera salvaría gran parte de los problemas que actualmente existen para la Xunta de Galicia, patronal y parte sindical, y que tienen su nacimiento en diferencias significativas de aplicación normativa provincial que provocan la aparición de barreras infranqueables que repercuten negativamente en la puesta en marcha de un servicio de transporte gallego a la altura de una comunidad en constante crecimiento.

Suspender dos días de huelga pueden llevar a resolver este conflicto de manera negociada o, por el contrario, pueden desatar un poder de movilización todavía mayor debido al hartazgo generalizado en un sector menospreciado e infravalorado.