El Secretario General de FeSMC-UGT, Antonio Oviedo, hace balance de este año 2025 que concluye. Oviedo no oculta su satisfacción por el trabajo realizado, pero evitando el exceso de entusiasmo. En esta entrevista aborda la negociación colectiva, la prioridad de los salarios en los sectores más precarizados, la formación de delegados y delegadas y la representatividad sindical en el sector servicios de cara a 2026.

FOTOS: Ángel García

Ha pasado un año desde el Congreso Federal de FeSMC-UGT. ¿Qué balance haces de este año 2025 que ya concluye?

Hemos tenido un año intenso, con una actividad sindical enorme en todos los sectores y con una idea muy clara desde el primer día, estar cerca de la gente, de los trabajadores y las trabajadoras, de los centros de trabajo, de los comités y secciones sindicales, y cerca de los problemas cotidianos que tienen los profesionales del sector servicios. Creo que hoy somos una Federación más cohesionada, más dinámica y con una estrategia bien definida. Hemos reforzado nuestro sindicalismo de proximidad, que fue un compromiso del Congreso, y que hoy se nota en cada proceso electoral, en cada conflicto y en cada negociación colectiva. No ha sido un año fácil; venimos de un ciclo económico con cifras macro muy positivas que sin embargo conviven con familias que llegan peor a fin de mes, pero FeSMCUGT ha respondido con unidad y con capacidad de acción. En definitiva, puedo decir que este año se ha consolidado la Federación que queríamos construir.

Oviedo, en tus intervenciones públicas utilizas muchas veces el término “sindicalismo de proximidad”, y lo has vuelto a mencionar en tu anterior respuesta. Háblanos de este concepto.

Mira, cuando hablo de “sindicalismo de proximidad” me refiero a algo muy sencillo, pero absolutamente esencial: la acción sindical que se hace cada día, en cada centro de trabajo, por parte de nuestros delegados y delegadas. Ese sindicalismo que no sale en grandes titulares, el menos mediático, pero que sostiene al Sindicato y cambia la vida de la gente. Es atender a un compañero al que no le han cuadrado los días de vacaciones, a una compañera que tiene un problema con la nómina, a quien necesita un permiso y no se lo quieren reconocer, a quien sufre la presión injustificada de un jefe o a quien vive en un ambiente laboral insostenible. Esa capacidad de dar respuestas concretas a problemas concretos es lo que define a UGT en el sector servicios. En definitiva, es ese trabajo cotidiano el que te identifica como sindicalista de UGT y el que mejor reputación genera para nuestras siglas. Yo siempre digo que ninguna campaña de elecciones sindicales tiene más efecto que un delegado o delegada resolviendo diariamente los problemas cotidianos de sus compañeros en la empresa. Ahí es donde se construye la fuerza del Sindicato, día a día y en el cara a cara.

¿Cómo valoras la situación actual de la negociación colectiva en los sectores que representa FeSMC-UGT?

La negociación colectiva está siendo muy heterogénea, y eso es un problema estructural del sector servicios. Tenemos convenios avanzando bien, con actualizaciones salariales razonables, y otros que directamente están bloqueados por una parte empresarial que sigue anclada en un discurso de contención salarial que ya no se sostiene. Las empresas no pueden seguir aprovechándose, por citar un ejemplo, de la Ley de desindexación de la economía para desvincular la evolución de los precios del crecimiento salarial. Esto está provocando que muchas personas trabajadoras, especialmente en actividades externalizadas o de servicios intensivos en mano de obra, pierdan poder adquisitivo año tras año. Nuestro mensaje es claro, los salarios tienen que subir, especialmente en las actividades donde la distancia entre el SMI y los salarios de convenio se ha reducido notablemente.  

Cuando hablo de «sindicalismo de proximidad» me refiero a ese sindicalismo que no sale en grandes titulares, el menos mediático, pero que sostiene al Sindicato y cambia la vida de la gente.

Has mencionado el salario como prioridad. ¿Es realmente el elemento central de la agenda sindical de FeSMC-UGT hoy?

Sí, y además de manera explícita. Para nosotros, lo primero son los salarios. No es un lema, es una necesidad. En el sector Servicios hay miles de profesionales cobrando salarios que no permiten una vida digna ni responder al ritmo actual de la inflación en bienes básicos. Cuando la macroeconomía crece, cuando las empresas incrementan beneficios y cuando sectores enteros baten récords de facturación, no es aceptable que la mejora no llegue a los salarios a un ritmo equiparable. Nuestro planteamiento es muy directo: si no hay mejora salarial real, seguirá habiendo conflicto.  

Otro asunto clave de estos meses ha sido la situación en Telefónica y el anuncio de un nuevo ERE. ¿Qué posición mantiene FeSMC-UGT?

En Telefónica hemos actuado como siempre, con la responsabilidad de ser la primera fuerza sindical en esta empresa, defendiendo el empleo y minimizando el impacto de este tipo de medidas. Nuestro objetivo es muy claro: evitar despidos forzosos, garantizar salidas voluntarias con condiciones dignas, no olvidar a los trabajadores de las contratas y subcontratas, y asegurar que la transformación de la empresa no se hace a costa de las plantillas. Esta empresa es estratégica y lo que allí ocurra tiene impacto en miles de empleos indirectos. Por tanto y en definitiva, seguiremos actuando con la misma firmeza y el mismo rigor. Y hay que añadir algo más: la situación de las telecos españolas y europeas es muy delicada. Sufren una regulación desfasada, que limita su competitividad frente a operadores globales, mientras soportan inversiones multimillonarias en infraestructuras estratégicas. Europa necesita permitir la creación de auténticos “campeones” europeos de las telecomunicaciones capaces de competir en igualdad de condiciones en un mercado global dominado por gigantes internacionales. Si no se aborda este debate en Europa con firmeza, el sector seguirá perdiendo empleo y capacidad estratégica.

Parece que el Gobierno se plantea reforzar su presencia accionarial en empresas estratégicas, como Telefónica o Indra. ¿Cómo valoras esta iniciativa?

Nos parece una buena noticia. Cuando el Estado participa en empresas estratégicas, lo hace pensando en el interés general, no en maximizar el dividendo trimestral. El sector público siempre actuará con una lógica más amplia, más social y más estable que cualquier accionista privado o fondo de inversión. Hay que superar esa vieja idea —que algunos siguen repitiendo como un dogma— de que el Estado no sabe gestionar empresas o que no puede generar beneficios. La realidad demuestra exactamente lo contrario: hay ejemplos en toda Europa y en el mundo de empresas públicas rentables, innovadoras y esenciales para el bienestar de la ciudadanía. Además, es perfectamente compatible que convivan agentes públicos y privados en un mismo mercado siempre que las reglas del juego estén claras y bien definidas.  

En términos de empleo y economía, ¿cómo ve la evolución general del país?

Los datos macroeconómicos son buenos, tenemos crecimiento, creación de empleo y un mercado laboral que, aunque todavía imperfecto, es más estable que hace unos años. Pero al mismo tiempo, las economías domésticas están sufriendo. La vivienda, la cesta de la compra y los suministros se han disparado. Y el salario de mucha gente, sobre todo en servicios, no acompaña ese incremento. Los datos macro no reflejan la vida real de gran parte de las personas trabajadoras del sector. Por eso insistimos tanto en salarios, en jornadas razonables y en reforzar los servicios esenciales. No podemos permitir que el crecimiento económico se construya sobre trabajadores y trabajadoras empobrecidos.

Hay que superar esa vieja idea de que el Estado no sabe gestionar empresas o que no puede generar beneficios. La realidad demuestra exactamente lo contrario.

En conjunto, FeSMC-UGT está obteniendo una evolución positiva en elecciones sindicales. ¿Cómo valora esta tendencia?

Estamos consolidándonos como la Federación con mayor implantación real en el sector servicios. Y eso no se consigue desde los despachos, se consigue pisando centros de trabajo, atendiendo conflictos, estando presencialmente cuando hay problemas y construyendo confianza a través de ese cara a cara del que hablaba antes. Nuestro modelo de sindicalismo de proximidad está dando resultados: más delegados y delegadas, más cuota de representación en comités y un crecimiento muy notable en actividades donde tradicionalmente era difícil acceder por la elevada rotación o la dispersión geográfica. Cuanta más representatividad tengamos, más fuerza tendremos para mejorar las condiciones laborales.  

Uno de los compromisos del Congreso fue reforzar la formación de delegados y delegadas. ¿Qué avances se han producido?

Hemos dado un salto importante. La formación interna ya no es un complemento, es una prioridad estratégica. Hemos impulsado un modelo más práctico, más orientado al día a día del centro de trabajo y centrado en la negociación colectiva, en la prevención de riesgos laborales, la comunicación y en los derechos laborales. Para esta Federación un delegado o una delegada bien formado es un delegado más fuerte. Y una organización con delegados fuertes gana conflictos, firma mejores convenios y es más útil para la clase trabajadora. Esa es la formación que queremos y la que estamos desarrollando.

Para terminar, ¿qué prioridades marcarán el trabajo de FeSMC-UGT en 2026?

2026 será un año decisivo. Vamos a seguir centrados en nuestros objetivos: salarios dignos, negociación colectiva útil y acción sindical cercana. Nuestra prioridad es elevar los salarios, especialmente en los sectores donde están prácticamente pegados al SMI, porque ese es el gran desafío social del sector Servicios. Además, seguiremos reforzando la formación de nuestros delegados y delegadas, porque es la base de un sindicalismo fuerte y eficaz. Y continuaremos consolidando e incrementando nuestra representatividad en el sector Servicios, que es lo que nos permite transformar de verdad las condiciones laborales. En definitiva, entramos en 2026 con una Federación fuerte, con claridad de ideas y con un compromiso absoluto con los profesionales del sector Servicios y todas sus actividades vinculadas. Y con la ilusión, cada vez más cercana, de que UGT se convierta en la primera organización de este país por número de delegados y delegadas.