Aprovechando el marco de celebración, la pasada semana, de las jornadas de acción sindical y negociación colectiva que organizó FeSMC-UGT en la sede del Sindicato, en Madrid, conversamos con Antonio Oviedo, Secretario General de la citada federación, tras la clausura de las mismas y fuera de foco.
FOTOS: Ángel García.
Oviedo, parece que aquellos que no quieren una reducción de jornada a 37,5 horas en nuestro país se empeñan en hacer estudios anunciando que esta medida tendrá sobrecostes para las empresas y menor crecimiento del PIB ¿Qué opinas?
Bueno, esto de los estudios es como todo, puede ponerse el foco en aspectos que vayan orientados a reforzar una opinión determinada, en este caso la de las empresas, o las tesis económicas más liberales. Todos sabemos que hay estudios que se realizan ad hoc en todos los sectores económicos para generar ciertas tendencias de consumo o avalar determinadas líneas de negocio. En todo caso, más allá de estudios –y en UGT también tenemos los nuestros– aquí, como en tantos ámbitos, se puede aplicar el sentido común y cierta lógica natural. Mira, desde principios de la década de los años 80 en este país se trabajan 40 horas semanales. Desde entonces, en el mercado de trabajo español han cambiado muchas cosas a mejor, y parece razonable que el tiempo de trabajo también lo haga. Después de más de 40 años, que pasemos de 40 a 37,5 horas de trabajo semanal no debería escandalizar a nadie. Se llama progreso y creo que ya toca.
Los representantes empresariales también hablan de una reducción de la productividad.
No es cierto que vaya a reducirse la productividad o que vaya a generar menor crecimiento del PIB. Lo primero es que cada vez está más demostrado que la productividad tiene que ver con múltiples factores en los que el tiempo de trabajo es uno más. La organización del trabajo, los recursos tecnológicos, la cualificación de los profesionales, la formación, incluso el espacio de trabajo son factores que determinan los niveles de productividad, por no hablar de que a partir de cierto tiempo de trabajo se produce un punto de inflexión en el que la capacidad productiva del trabajador empieza a decaer exponencialmente, lo que condiciona la calidad del trabajo, sea un producto o un servicio. Un profesional de la hostelería, por ejemplo, no va a poder ofrecer la misma calidad de servicio en la cuarta hora de trabajo que en la octava, algo que terminará afectando a la calidad del servicio y, por tanto, al grado de satisfacción del cliente y a la rentabilidad económica. Y encima hablo de un sector en el que muchos de sus empresarios piensan que hay que currar doce horas diarias. Ese es el panorama.
«La productividad tiene que ver con múltiples factores en los que el tiempo de trabajo es uno más. Organización del trabajo, recursos tecnológicos, cualificación, formación, espacio de trabajo son factores que también determinan los niveles de productividad»
¿Cómo afectará la reducción de jornada al sector Servicios?
Pues tirando del hilo de ejemplo anterior, en Servicios tenemos de todo, pero es verdad que existen ciertas actividades donde se ha instalado, desde hace décadas, una visión totalmente irracional de la jornada de trabajo, no sólo en hostelería, también en turismo, consultoría, ciertas actividades del comercio en relación a la regulación de horarios, etc.
Antonio Oviedo durante la clausura de las jornadas de acción sindical y negociación colectiva de FeSMC-UGT, celebradas la pasada semana.
Pero no en todas las actividades del sector Servicios existen estos problemas.
No, claro. Afortunadamente hay subsectores en los que existen mejores convenios colectivo, mejor regulación laboral, más interlocución y diálogo social, asociaciones empresariales con una visión más avanzada de las relaciones laborales… El sector Servicios es un macro sector, que aglutina el mayor número de actividades de nuestro sistema productivo. Por tanto, es muy heterogéneo, pero hay problemas que afectan a un alto porcentaje de actividades y empresas, y estos son, además, sistémicos, es decir, se han enquistado en el modelo de sector y en la visión que muchos representantes empresariales tienen de la actividad sectorial. Es un sector que emplea a millones de personas, muchas con sueldos bajos, contratos temporales y jornadas parciales que no llegan ni para cubrir lo básico. Hablamos de trabajadoras y trabajadores que lo dan todo en limpieza, hostelería, comercio, transporte o atención al cliente, pero que muchas veces no ven reflejado ese esfuerzo en su nómina.
¿El salario sigue siendo prioritario en nuestras reivindicaciones sindicales en el sector Servicios?
Por supuesto. Hay que tener en cuenta que tras los casi tres años de crisis inflacionaria, en los que hemos tenido que pelear duro para lograr incrementos salariales en convenio para minimizar, en parte, el impacto de la subida de precios tan brutal, ahora toca ser más selectivos, estar vigilantes y no sólo mantener el poder adquisitivo de los profesionales del sector servicios, sino seguir presionando para que en aquellas actividades en las que los incrementos salariales no han sido del todo satisfactorios, incluso a pesar de la subida del salario mínimo, se logre el objetivo de equilibrar el poder adquisitivo de estos trabajadores y trabajadoras al novel de precios que ha quedado en la economía. Porque aunque sea una obviedad, hay que aclarar que después de un período inflacionario como el que hemos vivido, los precios suben muchísimo pero no vuelve a bajar. Lo que pasa es que se van moderando las subidas, es decir, el IPC se va reduciendo, pero los precios ya no volverán a lo que fueron. Y es por eso que hay que seguir identificando las actividades y empresas donde tenemos que continuar exigiendo incrementos salariales por encima de la media actual.
«La ley de desindexación ha traído consecuencias muy negativas para las empresas del sector servicios que contratan con la Administración pública, especialmente para las personas trabajadoras»
En varias de tus intervenciones públicas recientes has anunciado que vais a movilizaros para pedir la derogación o modificación de la Ley de desindexación de la economía ¿Cómo está afectando a las empresas y sus trabajadores y trabajadoras?
La ley de desindexación ha traído consecuencias muy negativas para las empresas del sector servicios que contratan con la Administración pública, especialmente para las personas trabajadoras de sectores externalizados como limpieza, seguridad, servicios auxiliares y algunos del transporte. Verás, esta Ley rompe el vínculo entre el IPC y la actualización de precios por parte de las empresas en contratos públicos, esto supone que se haya congelado la subida de salarios en estos años de alta inflación, lo que ha provocado pérdida de poder adquisitivo para los trabajadores y las trabajadoras. Es decir, mientras el coste de la vida sube, los sueldos se quedan estancados. Desde FeSMC-UGT vemos esto como un ataque directo a los derechos laborales y a la negociación colectiva, ya que además limita la posibilidad actualizar salarios en los convenios en función del IPC.
¿Y qué medidas estáis proponiendo desde FeSMC-UGT?
Hemos pedido la derogación de esta ley o, al menos, una reforma profunda que permita volver a indexar los salarios y contratos al coste real de la vida. Además, pedimos que se garantice en la contratación pública el respeto a los convenios colectivos sectoriales, y que se blinde el poder adquisitivo de las plantillas mediante cláusulas de revisión salarial obligatorias. Porque no se puede hablar de empleo digno si no se garantiza que los sueldos crecen al ritmo del precio de la vida. Además, pedimos que en la contratación pública se respete siempre el convenio sectorial, para evitar que las empresas recorten en sueldos para competir y terminen haciéndose con los contratos empresas “pirata”.
¿Qué nuevos proyectos habéis puesto en marcha para este mandato?
Tenemos proyectos sindicales más a medio plazo, como una importante campaña institucional y de comunicación para pedir la derogación de la Ley de desindexación de la economía, y también la creación de un departamento de Juventud en la Federación. Pero hay otras iniciativas en las que ya estamos trabajando. Uno de los proyectos importantes que acabamos de poner en marcha es el GECAD, el Grupo Especial de Cualificación y Apoyo al Delegado y la Delegada. Se trata de un equipo multidisciplinar de compañeros y compañeras con amplia experiencia sindical que dedicarán todo su tiempo a formar, asesorar y dar cobertura a los nuevos delegados sindicales de FeSMC-UGT. El pasado 8 de abril celebramos el primer curso impartido por el GECAD y tuvimos sensaciones muy positivas. El objetivo no es solo formar, sino hacer un seguimiento posterior y dar cobertura a los compañeros en los centros de trabajo, en las mesas de negociación y en todo lo que necesiten.
«Uno de los proyectos importantes que acabamos de poner en marcha es el GECAD, el Grupo Especial de Cualificación y Apoyo al Delegado/a»
Siempre concedes una importancia vital a los delegados y delegadas que están a pie de empresa.
Claro, es que son nuestra vanguardia, son los que están dando la cara cada día y son, además, la imagen de nuestra federación, de la UGT, en las empresas y ante los trabajadores y las trabajadoras. Como federación estatal que somos, contamos con delegadas y delegados muy curtidos en los sectores y en las secciones sindicales estatales, pero existe todo un espectro de empresas medianas en las que nuestros representantes no cuentan con secciones sindicales potentes, incluso no existe sección sindical, y es a ellos a los que debemos ofrecer todos los recursos que necesiten, no solo para que puedan realizar su labor con eficacia, sino por estrategia sindical, porque si queremos consolidar y ampliar nuestra representación en esas empresas, el camino es dar el mejor servicios a los afiliados y a los trabajadores que allí se encuentra y que serán los que decidan votar a UGT, o no hacerlo, en las próximas elecciones sindicales que se celebren en ese centro de trabajo.