Estimado presidente,

En estos días de reflexión en los que estás inmerso para decidir si continúas, o no, al frente del Gobierno de nuestro país, quisiera trasladarte mi apoyo personal y el de toda la Organización a la que represento. Pero también aportarte, desde la humildad, algunas reflexiones que, quizás, puedan contribuir a que tu decisión sea la de continuar como jefe del Ejecutivo progresista que ha logrado situar España en la vanguardia económica y social de Europa.

Quiero pensar que no dimitirás, y no porque sea eso lo que te pida el corazón -seguro que sí- pero no tu cabeza. Nadie mejor que tú conoce las consecuencias que esa decisión podría generar en el ya deteriorado clima político que vive nuestro país desde hace mucho tiempo por culpa de liderazgos políticos tóxicos que desde la ultraderecha y la derechita cómplice excretan, a diario, su estiércol ideológico sobre el que siembran odio entre españoles.

Por su puesto que todos entendemos y compartimos el hartazgo de los ataques personales que tu mujer, Begoña Gómez, y tú estáis sufriendo desde las cloacas de la derecha y la extrema derecha de nuestro país. Cuando te preguntabas, en tu carta, si merecía la pena continuar en tales circunstancias ejerciendo la alta responsabilidad que la mayoría de la sociedad española te hemos confiado, tengo que decirte que sí, que merece la pena.

Y, si me permites, te doy una razón que considero suficiente para intentar sacarte de esa duda existencial. Lo voy a expresar con crudeza y alejado de lo políticamente correcto: en estos años, tu Gobierno y especialmente tú, habéis capeado demasiados temporales, incluida una pandemia que fue una prueba de fuego para todos los Gobiernos del mundo, como para que, ahora, un puñado de golpistas -confabulados desde medios de comunicación conservadores, partidos políticos como el PP y VOX, y ciertos ámbitos del Poder Judicial- logren su objetivo de desestabilizar la democracia española con sus malas artes.

Por tanto, presidente, creo que tu lado racional debe llevarte a continuar dirigiendo este Gobierno, contribuyendo con sus políticas al interés general pero, principalmente, al bienestar general. Porque es precisamente eso lo que estáis logrado en esta etapa: mejorar la calidad de vida de los ciudadanos y las ciudadanas, ampliar su espacio de libertades y lograr que nuestro país sea un referente en lo económico, político y social; todo ello en un contexto muy complejo como el vivido en estos últimos años.

Me despido, compañero Pedro, deseándote lo mejor en lo personal y en lo político. Decidas lo que decidas, el trabajo realizado en estos años quedará. Y es de justicia que te lo agradezcamos: a ti, a tu Gobierno y a los partidos que lo integran.

Mucho ánimo y un fuerte abrazo.

Antonio Oviedo, Secretario General de FeSMC-UGT