El contexto económico que se prevé para este año que ahora comenzamos no difiere mucho del que hemos vivido durante el pasado 2023. Si vamos a la esencia de los problemas, los que tenemos hoy siguen siendo los mismos de los que teníamos y los que tendremos, al menos a corto plazo.
Esto supone, desde un enfoque sindical, que nuestros frentes de acción como Organización permanecen, lo que nos lleva a reforzar los mismos para seguir reivindicando cuestiones como mejoras salariales en aquellos sectores de actividad vinculados a los Servicios, que siguen arrastrando déficits importantes en este ámbito y que, a pesar de haber experimentado mejoras en el poder adquisitivo de los trabajadores y las trabajadoras a través de una negociación colectiva casi siempre extenuante -ante la cerrazón tradicional de muchas patronales a empatizar con los problemas de los profesionales de sus sectores-, han quedado desactualizadas ante el mantenimiento de unos precios irracionalmente elevados -especialmente en gastos de suministro energético y de la cesta de la compra- y unos tipos de interés que ahogan a cientos de miles de familias hipotecadas.
Los salarios siguen siendo la prioridad
Esta federación ha conseguido mejorar el poder adquisitivo de miles trabajadores a través de la negociación colectiva durante el pasado año. Pero los salarios siguen siendo la prioridad, sin duda alguna. Especialmente en sectores donde sabemos que existen actividades que no están justamente remuneradas y cuyos profesionales merecen un reconocimiento real a través de mejores sueldos, y no con palabrería hueca y palmaditas en la espalda. Y esto es una crítica directa a ciertas asociaciones empresariales, pero también a las Administraciones Públicas, al Estado, que sigue poniendo en jaque la calidad del empleo y la estabilidad económica de muchos trabajadores y trabajadoras cuando continúa contratando servicios a través de un modelo de contratación pública que permite a algunas empresas que no respetan las relaciones laborales y boicotean la negociación colectiva acceder a contratos con el Estado tirando precios a costa del salario de sus profesionales. Esta es la situación, y esto se tiene que acabar. Por tanto, FeSMC-UGT debe continuar picando este muro hasta derribarlo, presionando al Gobierno para que se modifique el modelo de contratación pública en nuestro país y derogue, también, la Ley de desindexación de la economía española que impide a las empresas actualizar precios en función del IPC.
Ampliar la representatividad de UGT
Pero, además de lo anterior, esta federación de Servicios, Movilidad y Consumo de UGT tiene también mucho trabajo en ámbitos que pueden parecer internos pero que revelan un impacto directo en lo externo, en la mejora de la calidad de vida de los trabajadores y las trabajadoras. Me estoy refiriendo a nuestra representatividad como Sindicato, en múltiples ámbitos pero, especialmente, en las mesas de negociación sectoriales y de empresa. Esto sólo se logra a través de las elecciones sindicales y la afiliación, y, como sabemos, en este terreno se requiere del buen hacer de los delegados y delegadas de UGT en el desarrollo de campañas informativas y de comunicación que sean capaces de persuadir a los trabajadores y las trabajadoras de la trascendencia de su voto para que podamos defender sus derechos pero, también, del trabajo sindical realizado durante años previos, trabajo que cuando se ha realizado bien da sus frutos en forma de respaldo a nuestras siglas.
Si UGT no tiene la fuerza, el peso y la voz suficientes en las mesas de negociación, no podremos defender el interés de los trabajadores y las trabajadoras. Lo que somos y lo que logramos se lo debemos, sobre todo, a nuestra capacidad de acción -los sindicalistas no somos teóricos, somos, ante todos, hombres y mujeres de acción- y esto implica capacidad de autoorganización, negociación, presión y comunicación.
Empieza el año, compañeros y compañeras. Seguimos tensionados, reivindicativos y vigilantes. Nuestra prioridad son los trabajadores y las trabajadoras, no nos distraigamos con cuestiones colaterales que pueden poner en riesgo la consecución de nuestros objetivos, que son los suyos.