Durante los últimos años, la Unión General de Trabajadoras y Trabajadores ha dado un salto cuantitativo en la defensa activa de los derechos de las personas LGTBI, convirtiendo un compromiso histórico en una acción sindical sólida, estructurada y plenamente integrada en el conjunto de sus políticas.

La lucha por la igualdad, que tradicionalmente ha formado parte del ADN de esta organización, ha encontrado en la cuestión LGTBI un espacio en el que se ha avanzado con determinación, rigor y mucho trabajo. Si esto se ha logrado ha sido, en gran medida, gracias al impulso valiente y decidido de Pepe Álvarez, Secretario General de UGT, y es justo reconocerlo.

UGT, referente LGTBI

La creación y consolidación del Área LGTBI dentro del Sindicato –liderada por el compañero Toño Abad, un bastión sindical en la defensa de los derechos LGTBI en España–  ha sido uno de los hitos más relevantes de este proceso. No se trata de un gesto simbólico ni de una iniciativa puntual, sino de la creación de un espacio real de intervención sindical, que ha permitido trasladar las demandas del colectivo a la negociación colectiva, al diálogo social y a los centros de trabajo. Y en este sentido, las federaciones estatales, como FeSMC-UGT, hemos sido fundamentales para aplicar las directrices confederales en los ámbitos señalados, con disciplina y determinación. De esta manera se han conseguido impulsar cambios concretos que hoy forman parte de los convenios y acuerdos que protegen a miles de personas en sus entornos laborales.

La lucha por la igualdad, que tradicionalmente ha formado parte del ADN de esta organización, ha encontrado en la cuestión LGTBI un espacio en el que se ha avanzado con determinación

Entre esos logros, destaca especialmente la incorporación, cada vez más frecuente, de planes LGTBI en las empresas, una herramienta que UGT ha defendido como esencial para erradicar la discriminación por orientación sexual, identidad o expresión de género en el ámbito laboral. Este avance, que no ha sido ni fácil ni automático, se ha conseguido gracias a la capacidad del Sindicato para hacer de esta reivindicación una prioridad negociadora, abriendo un camino que otras organizaciones han comenzado también a recorrer, y que refuerza nuestro papel a la vanguardia en derechos.

Junto a la acción negociadora, el Sindicato ha desplegado una intensa labor de formación y sensibilización, dirigida a nuestros delegados y delegadas sindicales, y a estructuras territoriales y sectoriales, con el objetivo de dotarles de herramientas y conocimientos suficientes para intervenir con solvencia ante situaciones de discriminación o invisibilización. Este trabajo, sostenido y sistemático, ha sido clave para extender la idea de que la igualdad LGTBI no es una cuestión ajena al mundo del trabajo, sino una realidad que atraviesa el día a día de muchas personas trabajadoras, y que merece respuestas claras desde el sindicalismo de clase.

Además, UGT ha sabido estar presente en los espacios en los que se han debatido y aprobado las leyes que hoy protegen los derechos del colectivo. Su implicación en la Ley para la igualdad real y efectiva de las personas trans y para la garantía de los derechos de las personas LGTBI, en cuyo proceso participativo hemos aportado una perspectiva laboral imprescindible, demuestra hasta qué punto el Sindicato ha entendido que la igualdad legal no es una meta lejana, sino una exigencia concreta para garantizar condiciones de vida y trabajo dignas para todas las personas, con independencia de su orientación sexual o identidad de género.

Sumar voces contra el odio

Este enfoque no habría sido posible sin el diálogo y la colaboración estrecha con las organizaciones del movimiento LGTBI, con las que UGT ha tejido alianzas estratégicas y relaciones de cooperación que han enriquecido sus diagnósticos y fortalecido sus propuestas. El sindicalismo no puede ni debe caminar solo en la defensa de los derechos: necesita sumar voces y construir comunidad con quienes comparten la lucha por una sociedad más justa y diversa.

Las jornadas anuales LGTBI de UGT se han convertido, por derecho propio, en uno de los espacios de debate y reflexión de referencia en nuestro país

En esa línea, las jornadas anuales LGTBI organizadas por UGT se han convertido, por derecho propio, en uno de los espacios de debate y reflexión de referencia en nuestro país. En cada edición, estas jornadas reúnen a representantes sindicales, políticos, sociales y empresariales, que encuentran en ellas un foro plural y comprometido, donde compartir experiencias, analizar retos y avanzar en la construcción colectiva de una agenda transformadora. Esta cita anual, que celebramos con orgullo y convicción, es una muestra más de que la acción sindical puede y debe ser también un motor de cambio social.

En este contexto de avances, no podemos obviar los peligros que se ciernen sobre los derechos conquistados. La creciente ofensiva de la extrema derecha en Europa, que utiliza el odio, el miedo y la mentira como herramientas de erosión democrática, representa una amenaza directa para el colectivo LGTBI y para todas las personas que creemos en una sociedad plural e igualitaria. Lo ocurrido recientemente en Budapest, donde el gobierno de Viktor Orbán prohibió la manifestación del Orgullo —que, a pesar de ello, fue celebrada con valentía por miles de personas—, es una alerta (otra más) que no podemos ignorar. Ante quienes quieren devolvernos al armario, al silencio o a la vergüenza, desde UGT respondemos con más derechos, más visibilidad y más presencia sindical.

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