Ante una pregunta como la que se formula en el titular de este artículo, no cabe una respuesta unívoca. La oportunidad de una huelga se mide por múltiples factores y responde a un contexto en el que la suma de esos factores dibuja un mapa muy poco alentador para los trabajadores y las trabajadoras, una especie de callejón sin salida en el que otro tipo de medidas de presión y negociación han fracasado.

Habría que empezar señalando que la convocatoria de huelga, un derecho reconocido en nuestra Constitución y regulado en la legislación española, es siempre el último recurso para un sindicato como el que represento: la Unión General de Trabajadoras y Trabajadores. Y lo es porque supone un sacrificio en el que tenemos que renunciar a nuestro salario y soportar tensiones inherentes a una situación de relaciones laborales compleja y deteriorada. Hay que partir de una premisa: una convocatoria de huelga es un instrumento de presión dentro de un proceso negociador infructuoso, o en los antecedentes del mismo, cuando se busca el diálogo con un interlocutor -empresa o asociación empresarial- y este resulta imposible.

Agotadas todas las vías, incluidas movilizaciones y protestas, llega la convocatoria de huelga. Pero antes de que se lleve a cabo, se habrán fijado unos servicios mínimos que, dependiendo de las empresas y organismos públicos, podrán fluctuar en función de distintas variables. Es importante hacer hincapié en lo de “mínimos”.

Dicho lo anterior, la huelga se produce en unas circunstancias temporales que van ligadas al conflicto en el que están inmersos los trabajadores, al margen de que pueda producirse en períodos vacacionales o en otros. La opinión pública puede tener la sensación de que los conflictos en el transporte siempre se llevan a cabo en vacaciones o temporada de alta demanda turística, pero la realidad no es exactamente así. El problema radica en que fuera de estos períodos, al ser menor la afectación entre usuarios y ciudadanía en general, la relevancia mediática del conflicto es infinitamente menor.

Por tanto, volviendo a la cuestión principal sobre si es oportuno realizar huelgas en el transporte durante los meses de verano, la respuesta es, sí, tan oportuno como en cualquier otro contexto temporal. La huelga es la consecuencia de un conflicto y esta se convoca cuando se produce el conflicto, sea en enero, mayo, agosto o noviembre.

Cuando los trabajadores y trabajadoras luchan por sus derechos, por su empleo, por el bienestar de sus familias, lo hacen bajo una gran presión y una gran tensión. Por esa razón, y siendo conscientes de las molestias que podemos generar a los usuarios del transporte, también les pedimos a estos empatía, comprensión y paciencia.

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