En algunas actividades vinculadas al sector Servicios sabemos muy bien lo que es negociar con asociaciones empresariales enquistadas en la negación permanente. Hablamos de luchar, constantemente, contra la imposibilidad de llegar a un acuerdo para actualizar convenios colectivos; la imposibilidad de incrementar salarios y la imposibilidad de mejorar determinadas condiciones de trabajo impropias de un modelo laboral moderno (con excesos de jornada normalizados, cargas de trabajo sobredimensionadas y escasez de plantillas).

Bloqueo a la negociación colectiva

Por tanto, la situación en algunos de nuestros sectores puede resumirse en una idea: bloqueo y boicoteo conscientes y de mala fe a la negociación colectiva. Hablamos de patronales sectoriales que desprecian el diálogo social y las relaciones laborales. Sencillamente, no creen en ellas.

Los empresarios y empresarias de este país y las asociaciones que les representan no son todas iguales, es verdad. Las hay que tienen una visión moderna y equilibrada de las relaciones laborales, del modelo productivo que más conviene a un país y de cómo ser competitivos en base al bienestar y satisfacción de todas las partes: empresarios y personas trabajadoras.

Pero también hay otras asociaciones empresariales con una visión caduca, involucionista, rácana y profundamente miope respecto a cómo ser competitivos y cómo lograr que los profesionales de tu empresa se impliquen en los objetivos de la misma, que los consideren casi como propios. Pero esas patronales que sufrimos en algunas actividades del sector Servicios prefieren profesionales quemados, mal pagados, cabreados y desmotivados.

Concentración frente a CEOE el 7 de octubre

Tenemos una anomalía muy grave en un segmento del sector servicios y parece no importarle a nadie, excepto a los sindicatos, a los delegados y delegadas sindicales que se desgastan hasta la frustración para negociar unos mínimos que pronto quedan desfasados. Por eso es importante que se sumen activamente a la acción porque son las primeras víctimas de la situación, que apoyen a los sindicatos en todo tipo de movilizaciones, como la del próximo lunes, 7 de octubre, frente a la sede de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) y el resto de sedes patronales de ámbito territorial de toda España.

Son muchos de nuestros sectores los que llevan meses movilizándose por las razones ya expuestas, porque se niegan a subir salarios y optan por el conflicto. Parece que hasta se sientan cómodos en ese clima.

Que CEOE sea capaz de llegar a un acuerdo con los sindicatos es, quizás, la única opción para que esas patronales que desprecian la negociación colectiva y plantean incrementos salariales de miseria en un entorno de alta inflación de precios asuman que los trabajadores y las trabajadoras tenemos derecho a percibir salarios dignos, mucho más cuando los datos del Banco de España del primer semestre revelan que las empresas han incrementado beneficios en un 84% respecto al año 2021, mientras el salario de los trabajadores ha subido, tan sólo, un 2,5% y la inflación roza el 10%.

Un acuerdo justo

Las asociaciones empresariales de este país, con CEOE a la cabeza, deben asumir que son tiempos para la negociación y el acuerdo, que es en interés del propio país, de nuestra economía, de nuestro modelo productivo, de las empresas y, por su puesto, de los trabajadores y las trabajadoras. Pero deben tener muy clara una cosa: tiene que ser un acuerdo justo, equilibrado y en el que todas las partes asuman su cuota de beneficio y sacrificio. Ya está bien de que siempre seamos los trabajadores y las trabajadoras los que carguemos sobre nuestras espaldas y de forma exclusiva los sacrificios de las crisis para sacar el país adelante.

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