Hoy, 23 de septiembre, se celebra el Día Internacional contra la explotación sexual y el tráfico de mujeres, niñas y niños, y desde FeSMC-UGT queremos manifestar la necesidad de acabar con toda forma de violencia machista.
Se estima que, en España, según el Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado, adscrito a la Secretaría de Estado de Seguridad del Ministerio del Interior, el 97,6% de las víctimas de trata con fines de explotación sexual son mujeres y niñas. Estos datos reflejan que la trata con fines de explotación sexual tiene una innegable dimensión de género. Califica la trata como “la esclavitud moderna”, añadiendo que utiliza a las personas más vulnerables como simple mercancía.
Las causas de la explotación sexual y el tráfico de mujeres son complejas y multifactoriales. Son diversos los factores que contribuyen a que muchas mujeres y niñas sean vulnerables a estas prácticas.
La pobreza: la falta de recursos económicos y oportunidades laborales puede llevar a las mujeres a situaciones de vulnerabilidad.
La desigualdad de género: la discriminación y la violencia de género son factores que aumentan la vulnerabilidad de las mujeres al tráfico y la explotación.
Los conflictos armados: las guerras y los conflictos generan desplazamientos forzados, lo que a menudo lleva a las mujeres a ser víctimas de trata y explotación sexual.
La demanda de servicios sexuales: la existencia de un mercado para la explotación sexual alimenta estas prácticas.
Durante el 2024, la Policía Nacional y la Guardia Civil liberaron a 1.794 personas víctimas de las redes de trata y explotación laboral o sexual en nuestro país, entre ellas 32 eran menores, lo que representa un aumento del 22% respecto a 2023.
Además, en 2024 la Policía Nacional y la Guardia Civil realizaron 1.705 inspecciones administrativas en lugares de ejercicio de la prostitución, una labor que permitió identificar a 7.697 personas en situación de riesgo por ejercer la prostitución en esos establecimientos, con un perfil mayoritario de mujer, de entre 33 y 37 años, de nacionalidad colombiana, española y rumana.
Cada cifra tiene rostro, historia y dignidad. Mujeres que vienen a nuestro país, en muchas ocasiones engañadas, bajo la promesa de una vida mejor, de un trabajo legal y con unas perspectivas de futuro que nada tienen que ver con lo que se encuentran al llegar aquí. En vez de eso, se ven privadas de libertad, en ocasiones con deudas que nunca terminarán de pagar, coaccionadas con hacerles daño a sus familias en su país de origen si intentan escapar o pedir ayuda. Son tratadas con crueldad y de forma inhumana.
Las consecuencias para estas mujeres son devastadoras. Las víctimas a menudo sufren traumas físicos y psicológicos, enfermedades de transmisión sexual, embarazos no deseados, abortos inseguros y un estigma social que dificulta su reintegración en la sociedad.
Estas prácticas alimentan un ciclo de violencia y desigualdad que perpetúa la opresión de las mujeres.
La prostitución y la explotación sexual son distintas caras de una misma realidad. De hecho, la prostitución es una forma de explotación y violencia sexual contra las mujeres. La trata abastece el mercado y las mujeres son la mercancía. Sin demanda, no hay oferta. Sin puteros no habría mujeres explotadas. Es por esto que UGT ha interpuesto una reclamación en la que exigimos que la legislación española y sus políticas públicas sobre prostitución y trata con fines de explotación sexual se declaren disconformes con el sistema de derechos y garantías de la Carta Social Europea Revisada.
Desde FeSMC-UGT exigimos para combatir la explotación sexual y el tráfico de mujeres y niñas que se adopte un enfoque integral que incluya:
- Educación y concienciación: Es esencial educar a la población sobre la problemática, sus causas y consecuencias, así como promover la igualdad de género.
- Fortalecimiento de las leyes: Los gobiernos deben implementar leyes más estrictas contra el tráfico de personas y garantizar que se apliquen de manera efectiva.
- Apoyo a las víctimas: Proveer servicios de salud, asesoramiento legal y programas de reintegración para ayudar a las víctimas a recuperar sus vidas.
- Colaboración internacional: Dado que el tráfico de personas es un problema global, es crucial que los países trabajen juntos para desmantelar las redes de tráfico y proteger a las víctimas.
En conclusión, la lucha contra la explotación sexual y el tráfico de mujeres requiere un compromiso colectivo de la sociedad, los gobiernos y las organizaciones. Solo a través de la educación, la legislación y el apoyo a las víctimas podemos esperar erradicar estas prácticas inaceptables y construir un futuro más justo y equitativo para todos y todas.