Mañana, 18 de octubre, se celebra el Día Mundial de la Menopausia, y desde FeSMC-UGT queremos dar visibilidad a esta etapa en la vida de las mujeres y mostrar como afecta en el terreno laboral.

La menopausia es una etapa natural en la vida de las mujeres que generalmente ocurre entre los 45 y 55 años. Este proceso hormonal puede llevar a una serie de síntomas físicos y emocionales que pueden afectar a las mujeres no solo en la vida personal, también en la laboral.

Los síntomas más comunes, descritos por la OMS, van desde síntomas físicos como sofocos, sudores nocturnos, fatiga, insomnio, problemas cardiovasculares y dolor articular entre otros. Los síntomas psicológicos más frecuentes son los cambios en el estado de ánimo, la depresión y/o ansiedad, dificultad para concentrarse, olvido de cosas, cansancio, irritabilidad y ansiedad. Todo esto puede afectar de manera notable a la productividad en el trabajo, influir en la toma de decisiones y en la capacidad para manejar el estrés, lo que puede afectar a la dinámica del trabajo y al ambiente laboral. Según publicaciones de la Sociedad Europea de Menopausia y Andropausia, (EMAS), un 30% de las mujeres menopaúsicas notifican una baja por enfermedad debido a sus síntomas, pero solo una cuarta parte se atreve a explicar cuál es la verdadera razón.

Hay muchos más estudios sobre la disfunción eréctil que sobre la salud reproductiva de las mujeres.

La menopausia sigue siendo un tema poco estudiado. Si desde el punto de vista sanitario, se mantienen muchos interrogantes y muchas dudas contradictorias sobre tratamientos o medidas preventivas a adoptar, en el contexto laboral, la situación es aún peor, pues la investigación es prácticamente inexistente.

Es importante que las empresas cuenten con programas de formación y sensibilización. Estos programas aportan, en primer lugar, seguridad en las propias mujeres, que se sienten apoyadas en momentos en los que se pueden enfrentar a síntomas que les generan dificultades en su día a día. Además, estos programas adaptados al sector de actividad, de la propia empresa y de los puestos de trabajo ocupados por mujeres, los beneficios pueden ser muchos, tanto para las mujeres trabajadoras, como para la propia organización.

El resultado de la fatiga, el estrés emocional o la percepción de que su rendimiento no es el mismo que antes puede hacer que la mujer pierda la motivación o el deseo de avanzar en su carrera profesional durante la menopausia. NO HAY EXCUSAS, las mujeres deben contar con la adaptación a su puesto de trabajo en función de sus características biológicas, por lo que las organizaciones no pueden mirar para otro lado y deben dar cumplimiento a la ley para que las mujeres con menopausia puedan desarrollar su actividad sin perjuicio para su salud. Las empresas deben adoptar las siguientes medidas:

  • Flexibilidad horaria, el teletrabajo o trabajo híbrido, evitar los turnos irregulares o disponer de espacios frescos y tranquilos. También el distribuir ventiladores y humidificadores o la posibilidad de realizar pausas cuando sean necesarias.
  • Acceso a agua potable fría, lugares frescos y de ducha y aseo y permitir realizar pausas para descansar y recuperarse de los sofocos
  • La ropa de trabajo es importante que sea transpirable y cómoda, evitando vestir ropa ajustada durante largos periodos de tiempo.

Hay que conseguir que las mujeres no seamos reacias a hablar sobre la menopausia en el lugar de trabajo debido al estigma asociado. Debemos evitar que aumente la sensación de aislamiento y estrés.

Exigir que se cuide de nuestra salud no es un capricho, es un derecho.

*Imagen Freekpik