Este 21 de mayo se conmemoró el Día de la Seguridad Privada, una jornada que debería servir para poner en valor el trabajo incansable de miles de vigilantes que, día tras día, garantizan la protección de personas, infraestructuras críticas y bienes esenciales en todo el país.

Desde UGT reivindicamos, no solo el reconocimiento social y profesional que merecen estos trabajadores y trabajadoras, sino también condiciones laborales dignas, estabilidad laboral y respeto a sus derechos fundamentales, con demasiada frecuencia vulnerados por la subcontratación abusiva y el incumplimiento de convenios.

Mientras se aplaude su papel como “colaboradores esenciales” de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, muchos vigilantes continúan enfrentándose a jornadas interminables, turnicidad variable y agresiones por realizar su trabajo. El Día de la Seguridad Privada no puede quedarse en un acto institucional: debe ser un punto de inflexión para abrir un debate serio sobre el papel real de estos profesionales y la necesidad urgente de poner en valor el sector desde una perspectiva laboral y humana. Desde nuestra organización sindical, seguiremos luchando para que este reconocimiento no sea simbólico, sino efectivo.