En las últimas reuniones, la APR había incidido en su voluntad de liberalizar la contratación de personal del Grupo III (Especialistas), suprimiendo las actuales limitaciones salariales, e incluyéndoles en el sistema de participación a través de la promoción profesional, pero, finalmente, en esta reunión la patronal terminó por retirar su pretensión, de forma poco argumentada, además del hecho de que este colectivo esté muy poco representado en las actuales oficinas registrales.

A este respecto, UGT conjuntamente con CCOO, insistimos en la necesidad de que se haga una renovación completa de la clasificación profesional del convenio, definiendo un nuevo sistema de categorías profesionales que se ajuste a la realidad profesional y funcional y a las necesidades de los registros (nuevas tecnologías, nuevas funciones adaptadas a la complejidad legislativa y administrativa…), realizando una mejor y más concreta definición de los criterios de adscripción a cada grupo profesional. Creemos necesario la redefinición de TODOS los grupos profesionales, mientras que la propuesta de la APR sólo incluía redefinir un grupo, algo claramente insuficiente, y, además, que manera ínfimamente argumentada.

La retirada de la propuesta dio paso a un amplio debate sobre la actual forma de realización de los exámenes de promoción profesional. UGT seguimos reclamando una mayor participación real y efectiva, de toda la representación sindical, en los procesos de formación y promoción. Es evidente que el sindicato mayoritario se siente cómodo en la actual situación, y pretende monopolizar el uso de su mayoría en estos procesos. El resto de sindicatos consideramos legítimo reclamar una mayor participación de todos, porque incidirá favorablemente en una mejora de la formación continua, dotando de mayor transparencia a los procesos de promoción profesional.

En lo que se refiere propiamente al tema de los exámenes, la exigencia del abaratamiento de las tasas y de un mayor peso del bloque específico de propiedad, mercantil y bienes muebles, fue una petición unánime de todos los sindicatos, aunque la APR no se mostró partidaria y zanjó el debate con una negativa.

Por último, inesperadamente, se abordó el tema de la remuneración del personal, pues, aunque la APR había advertido en reuniones anteriores que era un tema que no pretendía abordar, nos sorprendió presentando en la mesa una propuesta de incrementos del 2% anual para los próximos tres años.

UGT consideramos esta propuesta absolutamente insuficiente, porque no aborda el principio básico de nuestra propuesta salarial: la necesidad de realizar primero una revisión y una revalorización de los salarios mínimos y trienios garantizados de este Sector. Como recordaréis, ésa es la reivindicación prioritaria de la plataforma de negociación conjunta de UGT y CCOO, y consideramos que es algo absolutamente necesario para una mejor redistribución de la masa salarial y una mayor protección de las garantías salariales del personal registral.

Consideramos prioritario partir de unas nuevas bases salariales anuales mínimas en este Convenio, dado que la tabla actual está totalmente desfasada. Es necesario fijar en esta negociación unos nuevos salarios mínimos garantizados más justos y reales, que retribuyan dignamente el trabajo en virtud de la categoría profesional.

La APR replicó, acaloradamente, que con esto se provocaría el desequilibrio del sistema, insinuando, veladamente, que entonces lo estaríamos poniendo en peligro. Pero esto no es verdad: es evidente que incrementar los salarios mínimos garantiza­dos, no desestabiliza el sistema, como ha podido comprobarse que no ha sucedido, tras las diferentes subidas del SMI acordadas por el Gobierno, en los últimos años.

Resulta, lamentable, la “amenaza” patronal de que tendría que modificarse el sistema de remuneración de los registros, si los sindicatos pedimos algo diferente o mejor, a su muy escasa propuesta retributiva. Como también es lamentable afirmar, en sus argumentaciones, que, en este tema, son ellos los abanderados de los intereses del personal, y que los sindicatos no lo somos, por el mero hecho de hacer otras propuestas para intentar mejorar el convenio a todo el personal…

Es evidente -aunque ya no nos sorprende- que utilizar la táctica de una actitud autoritaria y amenaza­dora sea el mejor ejemplo para manifestar una voluntad negociadora y honesta. Finalmente, como podréis suponer, la reunión se levantó sin producirse ningún avance en la negociación, y con un final bastante “amargo”, por decir algo.

La próxima reunión está fijada para el 17 de junio. A ver si para entonces la implantación de la digitalización nos ofrece un escenario más conciliador.