La situación es especialmente preocupante en cuanto a la salud mental de las personas que ejercen la actividad periodística en nuestro país. Según los resultados de la Encuesta Profesional de la Asociación de la Prensa de Madrid, que se incluyen en el último Informe Anual de la Profesión Periodística –en el que colabora la AGP-UGT-, siete de cada diez encuestados declaran que el estado de salud mental del colectivo es un problema grave o algo grave y, también, para casi siete de cada diez su estado de salud mental reviste algún grado de gravedad. Tres de cada cuatro profesionales declara problemas de estrés; el 65% contestan que tienen problemas de fatiga y cinco de cada diez refieren problemas de ansiedad o dificultades para concentrarse en el trabajo.

Si a esto añadimos la precariedad, la presión y la inseguridad en la continuidad de su puesto de trabajo concluimos  que hay que adoptar estrategias concretas que aborden la evaluación y prevención de riesgos psicosociales en el trabajo periodístico. Es necesario que estas acciones proporcionen recursos suficientes para luchar contra estos problemas y así mejorar su entorno profesional. Estas medidas tienen que tener en cuenta tanto a los trabajadores y trabajadoras por cuenta ajena, como a las mujeres y hombres que trabajan por cuenta propia; así como los diferentes entornos profesionales propios de cada caso.

Es muy importante que deje de estigmatizarse la enfermedad mental en cualquiera de sus manifestaciones, ya que la gran mayoría responden a un desequilibrio entre las exigencias de trabajo y los recursos de los profesionales para hacerlas frente.

Un requisito básico es que pueda abordarse la salud mental en las empresas en un espacio de confianza y sin miedo  a posibles efectos en la relación contractual o en las condiciones de trabajo. Por ello, los delegados de prevención y  los miembros de los comités de seguridad y salud, que ya desarrollan una labor fundamental en la prevención, deben ampliar su participación en la promoción, evaluación y prevención de los riesgos psicosociales. Estas acciones tienen que tener en cuenta la necesidad de abordar la forma de organizar el trabajo derivadas de la incorporación de nuevas tecnologías y las medidas pertinentes para paliar los efectos.

La Agencia Europea para la Seguridad y Salud en el Trabajo, ha realizado una encuesta en once estados miembros de la Unión Europea, cuyos resultados reflejan que la mayoría de los encuestados (50%) declaran  que revelar su estado de salud mental tendría un impacto negativo en su carrera profesional. En España la cifra alcanza el 56%. Esta encuesta también señala que  el uso de las tecnologías digitales supone una mayor carga de trabajo, un incremento del ritmo de la actividad laboral, menor autonomía  y mayor vigilancia en el lugar de trabajo o problemas de soledad.

Este comunicado ha sido realizado por la AGP-UGT y el gabinete técnico de la Federación de Servicios, Movilidad y Consumo de la UGT.