En las últimas semanas nos hemos topado con esta serie de titulares, con altas dosis de tendenciosidad: La subida de precios de Movistar, Vodafone y Orange suponen un coste extra de 55,28 millones de euros al mes a sus clientesLa subida de precios de Telefónica, Vodafone y Orange presiona al alza la inflación. Incluso la propia CNMC ha suscrito la siguiente entrada en su blog: ¿Qué pasa cuando un operador de telecos sube los precios?

Mas allá del lícito interés público que puedan tener estos artículos, su sesgo histórico es más que indiscutible, perpetuando la idea de que las telecomunicaciones en España “son caras”. En primer lugar, es poderosamente llamativo la atención que le presta ahora la CNMC a los consumidores de las telecos – ojalá pusiese el mismo empeño en las energéticas- y que persista en su nula atención a la masiva destrucción de empleo en nuestro sector. Si lo que se quiere es ejercer de regulador, cuando menos se espera una atención pareja a todos los elementos que constituyen un sector. En segundo, en una época histórica presidida por los datos, el big data, el data analitycs y toda una panoplia de ciencia alrededor los números, es sospechoso que se arrumben cuestiones como que nuestro sector lleva años bajando los precios de forma demostrada y demostrable, o que la repercusión real del IPC de las telecos en 2023 sea muy reducida en comparación con otros sectores. Veamos tres ejemplos:

Tasa de variación de los índices nacionales del IPC (general y de grupos COICOP) entre enero de 2002 y diciembre de 2021 (último dato disponible)

Índice de Precios de Consumo. Febrero 2023. Índices nacionales: general y de grupos

 Evolución del IPC anual acumulado 1998-febrero 2023

En conclusión: menos titulares, menos propaganda, menos populismo, menos clickbait y – por favor- más datos, más análisis y mucho – mucho-  más rigor.