En marzo de este año, sí, en marzo de 2023, comenzó la negociación para la renovación de vuestro convenio colectivo.
A día de hoy estáis cobrando con salarios de 2021, fruto del anterior convenio colectivo.
En los cuatro años de vigencia del último convenio colectivo los salarios han subido un 7,6%, una media de un 1,9%. Solo en 2021 la inflación ya fue del 6,5%, pero es que en 2022 también fue alta, un 5,7%.
¿A dónde queremos llegar con esto? Es simple, a que los salarios reales han bajado notablemente para las trabajadoras y trabajadores del comercio de Huesca, en un contexto de fuertes incrementos de los beneficios de los que os emplean.
De hecho, el 80% de la alta inflación no deriva ni de una pandemia, ni de una guerra ni de ningún tipo de crisis. El 80% de la inflación la provoca el aumento de los márgenes de beneficios, por supuesto también en la pequeña y gran distribución. El 80% de la inflación la provoca, entonces, la codicia empresarial.
En tiempos de bonanza empresarial lo decente es repartir beneficios con las trabajadoras y trabajadores, eso forma parte de la justicia social. Lo decente es que en el primer convenio colectivo tras la pandemia de la Covid-19 el planteamiento empresarial en materia retributiva esté a la altura. Pues bien, no es así.
El planteamiento en materia salarial ni siquiera cumple con las directrices marcadas por patronales estatales y sindicatos en el V Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva (AENC).
La patronal oscense del comercio pretende dar por zanjado el episodio de la pandemia con un 4% de subida salarial para 2022, cuando la suma de los IPC de 2021 y 2022 fue del 12,%. Es inaceptable y una auténtica patada en la espinilla de las trabajadoras y trabajadores. Además, la propuesta de subidas salariales para 2023 y 2024 no se ajusta a las recomendaciones del AENC. La subida salarial que debería plantear la patronal del sector debería ser del 4% para 2023 y del 3% para 2024, y no están llegando ahí.
Además, las raquíticas cláusulas de revisión salarial que proponen los empresarios nunca van a compensar la pérdida de poder adquisitivo que puede producirse en años de alta inflación, como por los que estamos atravesando.
Los empresarios no quieren reducir tampoco la jornada laboral que sigue muy alta, 1783 horas frente a las 1760 de media de los convenios colectivos sectoriales en Aragón.
Tampoco aceptan nuestras propuestas en materia de permisos retribuidos, por lo que el avance en materia social que dibujan los empresarios en el panorama es desalentador.
Tampoco quieren abordar acabar ya con las trampas que, de forma generalizada, hacen los empresarios en materia de clasificación profesional. Es impresentable que no planteen con seriedad acabar con algo que debería sonrojarles, que una o un auxiliar de dependiente pueda jubilarse en la empresa sin que se le haya reconocido un nivel profesional acorde con el trabajo y las responsabilidades que asume.
Por todo ello, y porque la negociación está en vía muerta, es necesario que manejéis esta información, y que así os deis cuenta de que el único instrumento por el que vuestros salarios y otra condiciones de trabajo pueden subir y mejorar, el convenio colectivo, está en un momento muy delicado por culpa de los empresarios que os emplean y para los que generáis la riqueza.
Confiamos en que, en un breve plazo de tiempo, las posiciones de la patronal cambien y sigan acercándose a las posiciones sindicales, que son las vuestras. Nunca será el convenio colectivo que os merecéis, pero tampoco se trata de que sea el que los empresarios quieren. Por cierto, a día de hoy no hay prevista ninguna reunión con los empresarios para seguir negociando el convenio colectivo, algo que dice casi todo de cómo está la situación.