Antonio Oviedo, Secretario General de la Federación de Servicios, Movilidad y Consumo de UGT, ha liderado este organismo durante los últimos cuatro años. En esta entrevista hace balance del mandato que finaliza el próximo mes de diciembre y expone algunas de las líneas de trabajo sindical para los próximos años.
FOTOGRAFÍAS: Ángel García.
Si vas a hacer una entrevista a Antonio Oviedo, el Secretario General de FeSMC-UGT, no debes fijar un tiempo estimado para concluirla. Estamos con alguien cercano, que atiende a todas las personas en todos los frentes y lo hace al momento, sin demoras. Responde personalmente a las llamadas, los whatsapp, los emails… mientras nos expresa una disculpa con gesto conciliador, como queriendo empatizar con sus interlocutores por esas pausas que dilatan el tiempo. Si lo considera oportuno, aplaza alguna respuesta para continuar con la entrevista y profundizar en sus análisis, pues en ningún momento pierde el hilo de la conversación. Una conversación que empieza por el principio, como debe ser…
Si echas la vista atrás y visualizas tu trayectoria sindical, ¿cómo la resumirías?
Bueno, es difícil resumir tantos años de actividad sindical. Pero sí es verdad que recuerdo con cierta nostalgia la primera época, cuando trabajaba en el taller central de Reparaciones de Renfe, en el barrio de Villaverde, en Madrid. Allí eché los dientes como sindicalista, y fue allí donde me curtí, digamos, en la acción directa. Desde esos años hasta los actuales, he pasado por diferentes organismos del Sindicato y asumido distintas responsabilidades. La actual es, quizás, la más trascendente por la inmensa responsabilidad que conlleva y el volumen de delegados y delegadas que integran la federación y a los que hay que facilitar recursos, atender y apoyar. Estamos hablando de una federación sindical estratégica para el conjunto de la Organización cuyas decisiones y acciones afectan a cientos de miles de profesionales del sector Servicios.
Has ocupado distintos cargos de responsabilidad en el Sindicato, lo que te ha llevado a formar equipos de trabajo de perfil ejecutivo. ¿Qué es lo que valoras a la hora de conformar equipos?
Los equipos de trabajo, principalmente comisiones ejecutivas y los departamentos o áreas que dependen de cada Secretaría, son fundamentales. En una organización de una estructura compleja como la nuestra es esencial contar con personas resolutivas que tengan gran capacidad de trabajo y coordinación. En este sentido, saber delegar, saber definir bien las áreas de responsabilidad y trabajo de cada uno, y saber respetarlas es clave. Soy una persona que confía plenamente en mis compañeros y en su capacidad de trabajo, en su autonomía para la toma de decisiones pero, también, en la importancia de la información, de que exista una comunicación fluida entre nosotros y los distintos organismos para que las decisiones se tomen con razones y argumentos. No somos el ejército de Pancho Villa. Somos una organización sindical con capacidad para organizarnos y movilizarnos, para negociar y tomar decisiones, y hacerlo en base a la experiencia adquirida y una información de calidad, gracias a nuestros delegados y delegadas que están en todos los frentes, que conocen bien sus sectores de actividad y sus empresas.
«Somos una federación estratégica para el conjunto de la Organización, cuyas decisiones y acciones afectan a cientos de miles de profesionales del sector Servicios»
El próximo mes de diciembre se celebra el 2º Congreso de la Federación de Servicios, Movilidad y Consumo de UGT, que supone la culminación de estos cuatro años de mandato al frente de la federación. ¿Qué balance realizas de este período?
Sin duda es un balance muy positivo en lo sindical. No porque yo lo diga, sino porque así nos lo han trasladado nuestras delegadas y delegados en cada uno de los comités federales que hemos celebrado anualmente. Por otra parte, también tenemos datos objetivos que avalan esta afirmación, tanto en elecciones sindicales, donde hemos ampliado nuestra representatividad, como en negociación colectiva, donde hemos logrado renovar numerosos convenios sectoriales poniendo el foco en incrementos salariales que, en parte, han logrado mitigar el impacto de estos años de inflación desbocada. Sin embargo, en el terreno socioeconómico el balance de estos años no puede ser positivo. Los trabajadores y trabajadoras, en especial de muchas actividades vinculadas al sector servicios, han visto muy tensionadas sus economías domésticas a causa de la subida de precios y los tipos de interés, sumado al hecho de que venían de situaciones de precariedad salarial que gracias a acuerdos entre Gobierno, sindicatos y patronal para incrementar progresivamente el SMI ha supuesto una mejora, pero no suficiente. Es ahí donde nuestra federación ha realizado un esfuerzo importante y de gran desgaste en muchas mesas negociadoras. Porque hay que recordar, como tantas veces he señalado, que ciertas asociaciones empresariales del sector Servicios no creen en la negociación colectiva ni el diálogo social, lo que supone que negociar con ellos sea un auténtico vía crucis. Son patronales que entienden la competitividad de sus empresas en base a la precariedad salarial. Y eso se tiene que acabar.
¿Crees, entonces, que la acción de los sindicatos en la crisis de los tres últimos años ha sido fundamental para reducir el impacto sobre las personas trabajadoras?
Sin duda. Si atendemos a las distintas crisis económicas de las últimas décadas, comprobaremos que son los trabajadores y las trabajadoras los que terminan asumiendo los sacrificios. Ese paradigma tiene que cambiar, los sacrificios para superar las crisis tienen que repartirse entre todos los agentes económicos y sociales de forma proporcional. Los sindicatos hemos sido el dique de contención que ha frenado, en gran medida, una regresión en derechos y en salarios durante las crisis económicas. Eso, evidentemente, ha supuesto un desgaste para nosotros. Pero tengo claro que el movimiento sindical ha salido fortalecido de las sucesivas crisis sociales y económicas de estos años. Fortalecido en su reputación y en su capacidad para contener las corrientes regresivas que siempre aprovechan las crisis para laminar derechos.
«Existen asociaciones empresariales del sector Servicios que no creen en la negociación colectiva ni el diálogo social, lo que supone que negociar con ellos sea un auténtico vía crucis»
Para los trabajadores y las trabajadoras también ha supuesto un desgaste…
Sí, efectivamente. A pesar de la labor fundamental que hemos hecho desde los sindicatos y que, como decía, ha mitigado el impacto, los efectos dañinos de estas crisis, desde la financiera de 2008, la pandemia en 2020 y la de inflación en estos casi tres años, se han notado. Los trabajadores y las trabajadoras hemos perdido poder adquisitivo, indudablemente, y las empresas, como se ha visto, no han parado de incrementar beneficios en estos años de inflación y altos tipos de interés; y el problema no es que las empresas ganen dinero, aunque algunas de manera poco ética inflando más los precios, sino que esos beneficios no se han repartido de forma justa, no han llegado a los trabajadores. Sólo hay que ver a los bancos: semestre tras semestre batiendo récords de beneficio gracias a la bestial subida del euríbor, sin mover un dedo, y nos ha costado múltiples movilizaciones y una negociación interminable lograr cerrar un convenio con ellos que incluyera un incremento salarial digno. También estamos viendo con preocupación cómo se ha expandido el fenómeno de los trabajadores pobres, personas que a pesar de tener empleo no llegan a fin de mes. Esto, a su vez, ha generado que aumente el pluriempleo. Como ves, son situaciones que evidencian la precariedad existente en determinadas actividades productivas y que es intolerable para un país como el nuestro, con datos macroeconómicos positivos pero con una cara B que es esta, y que en el sector Servicios conocemos bien.
¿Cuáles han sido los ámbitos de acción sindical de mayor dificultad en estos años?
Como señalaba anteriormente, negociar con algunas patronales de nuestros sectores ha sido complicado. Se han dedicado a boicotear la negociación, dilatando los tiempos, haciendo propuestas insultantes, etc. Por otra parte, en el terreno de las elecciones sindicales, hemos realizado un esfuerzo titánico para desarrollar nuevas estrategias y formas de abordar los procesos, aportar recursos económicos y humanos y, principalmente, cambiar la mentalidad y salir del conformismo. Había sectores en nuestra federación que no estaban mostrando todo su potencial en este ámbito, que permanecían enquistados en estrategias caducas. Eso ha cambiado y está cambiando.
«Estamos viendo con preocupación cómo se ha expandido el fenómeno de los trabajadores pobres, personas que a pesar de tener empleo no llegan a fin de mes«
¿Cuáles han sido las prioridades de esta federación?
Esta respuesta va a ser fácil y breve: las elecciones sindicales y la afiliación, la negociación colectiva para incrementar los salarios de los trabajadores y las trabajadoras en un contexto de crisis inflacionaria y subida de tipos; optimizar la gestión económica de nuestra federación y reforzar el papel de FeSMC-UGT como principal interlocutor para la defensa del interés de los profesionales del sector Servicios.
Recientemente anunciaste tu deseo de continuar otro mandato como Secretario General de FeSMC-UGT, presentando así tu candidatura al próximo Congreso. ¿Qué te ha motivado a ello?
Han sido varias las razones que me han llevado a tomar esta decisión, como es lógico. Lo primero es que me siento con las ganas, la fuerza y la motivación para continuar liderando este proyecto sindical que definimos hace cuatro años y que debe tener continuidad. Pero también, sin duda, el apoyo de los compañeros y las compañeras; especialmente de los secretarios generales de las federaciones territoriales de FeSMC-UGT y de los secretarios federales de los once sectores que integran nuestra federación. Verás, no ha sido fácil poner esta federación en el lugar que le correspondía, tanto en conjunto de UGT como en la proyección y capacidad de influencia que tiene ahora en el sector Servicios, donde no sólo tenemos el respaldo de una mayoría de trabajadores y trabajadoras, sino también el peso específico en nuestra capacidad negociadora, pero también de presión, con las patronales.
«En elecciones sindicales, hemos realizado un esfuerzo titánico para desarrollar nuevas estrategias y formas de abordar los procesos, aportar recursos económicos y humanos y, principalmente, cambiar la mentalidad y salir del conformismo en algunos casos«
¿Cuáles son los retos, los objetivos, para el próximo mandato?
Recientemente estuve en unas jornadas que organiza UGT Asturias y la Escuela de verano Manuel Fernández «Lito», que se celebran todos los años al inicio del curso sindical, y siempre se nos pregunta sobre los retos sindicales para el período anual. Y yo, salvo matices sobre contextos muy concretos, en estos años digo siempre que nuestros objetivos no varían en lo sustancial. Es decir, no tenemos nuevos retos cada año sino que determinados objetivos estratégicos como mejorar en representatividad a través de las elecciones sindicales, negociar buenos convenios para los profesionales del sector servicios, dotar de recursos económicos y humanos a nuestra organización, incrementar la afiliación y fortalecer nuestra reputación como sindicato son objetivos continuos, es una tarea constante, año tras año. Esa es esencialmente nuestra acción sindical en esta federación a corto, medio y largo plazo, sin desatender otras cuestiones, pero estas conforman el núcleo de lo que somos y a lo que nos dedicamos como federación sindical de UGT.