La Agrupación de Periodistas de UGT (AGP-UGT) señala que la muerte de periodistas en los conflictos bélicos de Gaza y Ucrania, los periodistas encarcelados, la violencia que no cesa en determinados países contra el libre ejercicio de la profesión periodística, la censura y el cierre de medios públicos suponen un claro retroceso en la libertad de prensa en el mundo desde el 3 de mayo del 2023.
En el conflicto de Gaza han sido asesinados, hasta finales de abril, más de 105 periodistas y trabajadores de los medios, de los que 100 son palestinos, según fuentes de la Federación Internacional de Periodistas. En la Guerra de Ucrania fallecieron 3 informadores y, desde el pasado 8 de abril, se encuentra en paradero desconocido el periodista estadounidense Russell Bentley. Desde la AGP-UGT pedimos especial protección para los profesionales que están cubriendo informativamente las zonas de conflicto y que se juegan la vida para que nos llegue una información veraz.
Durante el año 2023 en Méjico, según Artículo 19, una organización que defiende los derechos de los periodistas, tuvieron lugar 561 agresiones contra la prensa, una cada 16 horas y se produjeron 5 asesinatos y un periodista desaparecido. También hay compañeros encarcelados en distintos países del mundo. China, Myanmar, Irán y Rusia son las naciones que más periodistas sufren prisión. Entre ellos se encuentran la periodista ruso-estadounidense, Alsu Kurmasheva, detenida en Rusia, y Pablo González, que sigue detenido en Polonia.
Con respecto a nuestro compatriota Pablo González, desde la AGP-UGT, seguimos reclamando su inmediata puesta en libertad después de más de dos años en prisión. Es inaceptable e impropio de un Estado que se dice democrático y de derecho, que se mantenga a una persona en prisión provisional más de dos años sin que la justicia polaca haya presentado ninguna prueba ni tampoco cargos formales de las acusaciones de espionaje a favor de Rusia que pesan sobre él (en nuestro país esto no ocurriría). Pablo González tiene derecho a defenderse desde la libertad, con todas las garantías jurídicas que hasta ahora han brillado por su ausencia y con el apoyo consular del Gobierno Español.
Estamos a la espera de que la justicia británica decida si extradita a Julian Assange. Desde la AGP-UGT apoyamos la petición del gobierno australiano de poner fin al proceso legal contra Assange y que pueda volver a Australia libre y sin cargos. Esta solicitud ha sido recogida por Estados Unidos y su presidente, Joe Biden, ha manifestado que están valorando cerrar el proceso judicial contra Assange.
La censura internacional
En lo que respecta a la censura, a primeros de abril el parlamento israelí aprueba una ley para cerrar redes de noticias extranjeras consideradas un riesgo para la seguridad. Con ello, sobre todo, quieren cerrar e impedir las operaciones locales de Al Jazzera. Este hecho supone, según el Comité para la Protección de los Periodistas, “una amenaza significativa para los medios internacionales”. Por su parte, el gobierno ruso ha expulsado en los últimos tiempos a corresponsales de medios internacionales destacados en Moscú, uno de ellos ha sido nuestro compatriota Xavier Colas, del diario El Mundo, después de 12 años ejerciendo de corresponsal en la capital rusa.
Desde la AGP-UGT trasladamos nuestro apoyo y solidaridad con los trabajadores y trabajadoras de la agencia pública de noticias Télam, que el gobierno argentino ha cerrado, dejando en la calle a 750 personas, y amenaza con hacer lo mismo con la radio y televisión de aquel país. También rechazamos la censura y los ataques que ha sufrido el escritor Antonio Scurati, tanto por parte de la (RAI), televisión pública italiana, como de la primera ministra, Giorgia Meloni. Este retroceso en la libertad de expresión e información en la tercera economía de la Unión Europea es muy preocupante.
Los problemas periodísticos en España
En España, los principales problemas que afectan a la libertad de prensa son la precariedad, sobre todo entre los jóvenes periodistas y entre los y las fotoperiodistas y en todos los ámbitos: bajos salarios, exceso de jornada que afecta negativamente a la salud laboral y evitan la conciliación de la vida personal y profesional, contratos irregulares y el incremento del número de periodistas que trabajan por cuenta propia-; la brecha salarial y la poca participación en los puestos de dirección que afecta negativa y específicamente a nuestras compañeras de profesión–solo el 1,3 % de trabajadoras en los medios acceden a puestos de dirección- y la sustitución de fotoperiodistas por fotos de baja calidad sacadas con un móvil.
La desinformación -tanto en las redes como por parte de algunos medios de comunicación y algunos pseudoperiodistas-, y su conexión, como vasos comunicantes, con alguna fuerza política y algunos jueces, está socavando la democracia de nuestro país. El activismo político de algunos periodistas y algunos jueces es intolerable y peligroso en un sistema democrático. Todo esto ha creado un ambiente irrespirable que fomenta la crispación y el periodismo de trinchera. Además, se producen vetos y amenazas a periodistas y medios desde el ámbito político, y agresiones e insultos a los y las periodistas cuando están ejerciendo su profesión.