En rueda de prensa de presentación de dichos datos, la secretaria de salud laboral de UGT, Ana García de la Torre, el secretario de Acción Sindical, Salud Laboral y Medio Ambiente de FeSMC-UGT, Álvaro Vicioso; la secretaria de Salud Laboral y Medio Ambiente de UGT-FICA, Pilar Ituero, y el secretario de Salud Laboral y Medio Ambiente de la Federación de Servicios Públicos de UGT, José María Cobano, han analizado los datos definitivos de accidentes de trabajo del año 2022.
Alvaro Vicioso, en concreto aportó un análisis pormenorizado de las escalofriantes circunstancias que se dan en los sectores de los servicios, la movilidad y el consumo en nuestro país.
A lo largo de 2022 un total de 617.010 personas asalariadas sufrieron un accidente de trabajo con baja (AT), un 9.2% más que en todo el año de 2021. Especialmente dramático es el incremento de los accidentes mortales que han acabado con la vida de 779 personas en 2022, un 17,5% más que en 2021.
En el conjunto de sectores de la FeSMC[1] se produjeron un total de 218.850 accidentes de trabajo en 2022, un 12,4% más que en 2021. Y aunque el número de accidentes mortales han crecido en menor medida que la media nacional tenemos que lamentar el fallecimiento de 322 personas, un 14,2% más que el año anterior.
Ninguna de estas cifras se explica por el aumento del empleo asalariado, que en el último trimestre de 2022 había crecido, en total de los sectores, un 2,3% respecto al mismo período del año anterior y un 3,6% en los sectores de FeSMC.
Y sí por las condiciones de trabajo, la falta de una organización y gestión de la prevención en las empresas acorde a las características de cada actividad y la baja participación de los representantes de los trabajadores en esta materia.
Varios indicadores dan cuenta de la presencia de unas condiciones de trabajo que sin lugar a dudas agravan la salud de las personas y de la falta de adecuación de las medidas de prevención a las particularidades de los puestos de trabajo y del perfil de las personas trabajadoras que los ocupan:
- El 74% de los accidentes mortales durante la jornada se producen entre personas con más de 45 años. La adaptación de las condiciones de trabajo a la edad cobra cada vez mayor sentido.
La reivindicación que venimos haciendo desde FeSMC para una aplicación de los coeficientes reductores en algunas actividades como Transportes (aéreo, por carretera, marítimo) adquiere mayor relevancia en este contexto.
La prolongación de la jornadas en estas actividades mediante la aplicación de las horas de presencia no contribuyen a disfrutar del tiempo de descanso necesario.
Las tareas de conducción son la causa de casi un 14% de todos los accidentes de trabajo y su número ha crecido desde 2021 en la misma proporción. Esta situación resulta aún más grave si tenemos en cuenta que cerca del 20% de los accidentes mortales en jornada y un 86% de los accidentes en itinere se producen durante la realización de tareas de conducción.
El último informe del Ministerio de Trabajo y Economía Social sobre la evolución de las patologías no traumáticas contraídas por las persona trabajadoras con motivo de la realización de su trabajo (y que son considerados accidentes de trabajo) desde 2011 a 2022 recoge algunos datos que reafirman la precariedad de la salud laboral en el sector de transportes: un 15,1% de los casos de patologías relacionadas con el aparato circulatorio (el infarto es la más frecuente) corresponde a la ocupación de Conductores de vehículos para el transporte urbano o por carretera. También sobresale una mayor incidencia de las patologías clasificadas como Desórdenes mentales –especialmente ansiedad-.
- La creciente externalización de las actividades ha supuesto una generalización de procesos de subcontratación y subrogación ocupan una parte importante de la regulación en muchos de nuestros convenios. Los déficits en la coordinación de las actividades preventivas son notorios en este caso: un indicador es el crecimiento de los AT en las Actividades relacionadas con el empleo que sumó el año pasado 23.489 accidentes de trabajo, un 3,7% más. Y los accidentes mortales se incrementaron un 20%.
- Otro factor a tener en cuenta en los procesos de subcontratación es el capítulo relativo a los costes salariales, presionados por una competencia a la baja en los concursos convocados. Unos precios que siguen ignorando la indexación de los costes de acuerdo a la inflación. El resultado es una disminución del número de personas dedicadas a la realización de las tareas comprometidas en la contrata con el consiguiente incremento de la carga de trabajo. Un ejemplo lo tenemos en el sector de limpieza (incluido en Servicios a edificios y actividades de jardinería), donde se produjeron 27.331 accidentes de trabajo, un 2,3% más que en 2021, a pesar de que el empleo asalariado se ha reducido en esta actividad un 5% entre ambos años.
- El sector de Hostelería acapara una proporción significativa del empleo asalariado de la FeSMC, y es uno de los que más ha crecido entre 2021 y 2022 (un 6,7%). Pero el crecimiento de los accidentes de trabajo con baja ha sido de un 40%, alcanzando en el último de los años la cifra de 58.602 accidentes, 40 de ellos mortales.
Este aumento hay que interpretarlo en el contexto de unas condiciones de trabajo caracterizadas por unos salarios claramente insuficientes, un aumento del número de personas (un 43% más) que realizan horas extraordinarias y el alcance que tiene en este sector el uso del contrato a tiempo parcial (un 36,7% en las actividades de restauración) que ocasiona un uso intensivo de las horas complementarias y sobre todo un impedimento para lograr un salario digno.
El sector de Comercio es el que agrupa al mayor número de personas asalariadas. En 2022 contabilizó 66.646 AT, 57 mortales. Las personas con la ocupación de Trabajadores de los servicios de restauración y comercio acaparan un 12% del total de AT en 2022 y su número se ha incrementado por encima de la media, un 17,4%.
- La creciente digitalización de las actividades y la automatización de los procesos se generaliza en muchas actividades sin tener en cuenta a las personas trabajadoras y sus representantes. El aumento del control automático del trabajo, la imposición de mayores ritmos, la aplicación del teletrabajo o la aplicación de procesos más o menos automatizados en la evaluación del desempeño o incluso en la decisión de rescindir la relación laboral no se tienen suficientemente en cuenta en el incremento de los accidentes de trabajo derivados de un mayor y creciente alcance de los riesgos psicosociales.
Si tomamos en consideración las enfermedades no traumáticas agravadas por el trabajo, la tasa acumulada para los desórdenes mentales es de 6,77 casos por cada 100.000 afiliados a la seguridad social. Entre las actividades que superan esa cifra destacan en los primeros puestos Actividades de juegos de azar y apuestas (tasa acumulada de 52,84), Servicios financieros, excepto seguros y fondos de pensiones (36,75), Actividades postales y de correos (34,24).
- El diseño de evaluaciones de riesgo pertinentes al sector y al puesto de trabajo y del diseño y aplicación de medidas preventivas requiere de unos servicios de prevención altamente profesionalizados. Especialmente si tenemos en cuenta la estructura empresarial en nuestro país con un predominio de las PYMES, la mayoría de las cuales se sirve de servicios de prevención ajenos.
En este sentido y tras la segregación total de las sociedades de prevención de las Mutuas de Accidente de Trabajo se ha producido una mercantilización de los servicios de prevención ajenos, compitiendo las empresas en precios en lugar de en calidad del servicio prestado, con claras consecuencias sobre la salud de las personas trabajadoras.
Esta competición en precios, curiosamente no ha hecho mella en la cuenta de resultados de los servicios de prevención ajenos, que ven como ejercicio tras ejercicio éstas mejoran, sino que lo hace directamente sobre las trabajadoras y trabajadores del sector, que han visto incrementada considerablemente su carga de trabajo en estos últimos años: mayor número de contratos asignados, mayor número de reconocimientos médicos a realizar, nuevas funciones y actividades añadidas no propias de cada uno de los niveles de cualificación según lo recogido en el RD 39/1997, etc. Esto ha provocado una situación de profesionales sobrecargados, con niveles de estrés preocupantes. Desde FeSMC-UGT denunciamos esta situación que además puede incidir la seguridad y salud de todas las personas trabajadoras.
Para FeSMC es obligado tener en cuenta la organización y las condiciones de trabajo para comprender el incremento de los accidentes de trabajo tanto en jornada como in itinere. El aumento del ritmo de trabajo, la organización y distribución del tiempo de trabajo, los bajos salarios por un lado, y la falta de aplicación y adaptación de las medidas pertinentes de prevención por otro, enferman y matan a las personas trabajadoras de nuestros sectores.
Este es el asunto que hay que poner en el primer plano del debate político sobre el absentismo y no el incremento de los costes empresariales derivados de las ausencias por bajas. Con ello contribuiremos a un mejor diagnóstico y a un mejor diseño de las medidas preventivas y de las fórmulas organizativas que más y mejor contribuyen a preservar la salud de los hombres y mujeres que trabajan en el sector servicios privados. La reducción de los costes laborales será un efecto inmediato.
[1] De la estadística publicada de AT según CNAE a dos dígitos , excluimos de la FeSMC, por estar fuera de nuestro ámbito, las actividades 45 Venta y reparación de vehículos de motor y motocicletas; 75 Actividades veterinarias; 84 AAPP y defensa; Seguridad Social Obligatoria; 85 Educación; todas las incluidas en la letra Q Actividades sanitarias y de servicios sociales; 95 Reparación de ordenadores, efectos personales y artículos de uso doméstico y 99 Actividades de organizaciones y organismos extraterritoriales.