Así lo manifestó Álvaro Vicioso, secretario de Acción Sindical, Salud Laboral y Medio Ambiente en las Jornadas de Acción Sindical, en las que participó junto con Patricia Ruiz, secretaria Confederal de UGT. En las mismas, que fueron inauguradas por Marina Prieto, Sª General de UGT Madrid, Pepe Álvarez nuestro Sº General de la Confederación de UGT y clausuradas por Alfredo Turienzo, Sº General de FeSMC-UGT Madrid y por Antonio Oviedo, Sº General Estatal de FeSMC-UGT, se trató de forma continua sobre la importancia de la acción sindical y buena negociación colectiva como eje transversal y motor imprescindible en el crecimiento afiliativo y de representatividad en el Sindicato.
Álvaro Vicioso hizo un somero repaso de los principales problemas que se encuentran los sectores de FeSMC-UGT en el actual contexto de negociación colectiva:
- Excesiva atomización de la negociación colectiva
Uno de los problemas de los que adolece la negociación colectiva de nuestra Federación es la gran dispersión que la caracteriza. De los más de 3.500 convenios colectivos que negociamos, 761 son de carácter sectorial: 84 estatales, 223 autonómicos y 454 provinciales o pluriprovinciales.
En este sentido, creemos urgente desatomizar nuestra negociación colectiva, avanzando hacia convenios colectivos sectoriales de ámbito estatal y autonómico que sirvan para homogeneizar las condiciones laborales y salariales de todas las personas trabajadoras de un mismo sector.
- Desaparición de organizaciones empresariales en determinados sectores
Son muchos los convenios que venimos arrastrando desde hace años y que no podemos actualizar porque las patronales ya no existen y no hay posibilidad de negociar con ningún interlocutor válido. Esto supone una increíble pérdida de poder adquisitivo y de derechos para las personas trabajadoras.
No podemos olvidar que contamos con la herramienta de la extensión de convenios colectivos de otros territorios, a la que todavía tenemos que recurrir en más ocasiones de las deseadas.
- Bloqueo/desbloqueo en las mesas negociadoras
Tras la crisis provocada por la pandemia, llegó la recuperación económica pero muchas organizaciones empresariales y grandes empresas han estado practicando una política de obstrucción deliberada de la negociación de convenios colectivos en sectores que ya mostraban buenos resultados económicos, para elevar sus beneficios y en un intento de impedir que las personas asalariadas obtuvieran su justa parte de la actual expansión económica.
Y, finalmente, la ausencia de un AENC o algún pacto global de rentas durante 2021 y 2022 que estableciera criterios compartidos entre las partes negociadoras provocó en este periodo una paralización negocial en determinados sectores de nuestra Federación.
La conjunción de todos estos factores ha generado un escenario de conflictividad para la negociación colectiva, que nos ha llevado a convocar movilizaciones, paros y huelgas en varios sectores de nuestra Federación, como Contact Center, Empresas de Consultoría y Estudios de Mercado y de la Opinión Pública, Empresas de Ingeniería y Oficinas de Estudios Técnicos, Servicios de Prevención Ajenos, Instalaciones Deportivas y Gimnasios, etc. a nivel estatal y Limpieza u Hostelería en un ámbito inferior, entre otros.
Precisamente, gracias sobre todo a la acción sindical desplegada por nuestra organización, hemos logrado desbloquear la mayor parte de todos estos convenios, alcanzado fructíferos acuerdos.
Además, existen otros elementos de conflicto que están surgiendo en las mesas de negociación:
Retribuciones. –
En relación a la retribución, el V AENC apuesta por una política salarial que contribuya de manera simultánea a la reactivación económica, a la creación de empleo y a la mejora de la competitividad de las empresas españolas. Para alcanzar este objetivo se fijan unos incrementos salariales del 4 % para 2023, del 3 % para 2024 y del 3 % para 2025.
La realidad evidencia que las partes negociadoras se están aproximando a este objetivo del 4 % para 2023, ya que los convenios colectivos firmados hasta septiembre de 2023 han registrado un incremento medio del 3,4 % (3,5 % en el caso de los convenios del Sector Servicios y 3,5 % para los convenios del ámbito de Madrid), donde podemos destacar el 4 % alcanzado en las Actividades artísticas, recreativas y de entretenimiento, el 3,9 % fijado en los convenios de Hostelería o el 3,8 % negociado en los convenios de Comercio.
En cuanto a su utilización, en el caso de nuestra Federación el 52 % de los convenios firmados desde enero de 2023 ya las incluyen, salvaguardando al 52,5 % de las personas trabajadoras. En el caso de los convenios de FeSMC-Madrid, alcanzan al 63,2 % de los convenios y al 71,5 % de las personas trabajadoras.
Contratación. –
En materia de contratación, la Reforma Laboral de 2021 ha revolucionado nuestro mercado de trabajo, creando más empleo y de mejor calidad, disparando la contratación indefinida y reduciendo las tasas de temporalidad a niveles próximos a los de nuestros vecinos europeos, beneficiando especialmente a las trabajadoras y a las personas jóvenes.
Las tasas de temporalidad han experimentado una significativa caída desde el 26 % registrado en el tercer trimestre de 2021 al 17,3 % del segundo trimestre de 2023, con casi 9 puntos porcentuales de diferencia. La reducción ha sido de mayor envergadura para los sectores de nuestra Federación, de casi 11 puntos porcentuales, pasando del 24,4 al 13,7 % en los últimos dos años.
Asimismo, hay que destacar el mayor peso de la contratación indefinida sobre la contratación total durante el año 2022 (38,4 %) y en el provisional de 2023 (43,5 % en el acumulado enero-septiembre), porcentaje que apenas llegaba el 11 % en 2021. Y, además, están resultando beneficiados en mayor medida algunos de los grupos poblacionales (los más jóvenes) y ramas de actividad (como la hostelería o el comercio) que tradicionalmente tenían condiciones contractuales más precarias.
Tiempo de Trabajo. –
Aunque todavía nos encontramos muy lejos del objetivo de las 35 horas semanales, la reducción de jornada se contempla en muchos convenios colectivos.
No obstante, se observa un incremento de la jornada media pactada en el último año, desde las 1.731,4 horas anuales en los convenios registrados en el periodo enero-septiembre 2022 a las 1.754,4 horas anuales de los convenios registrados en el mismo periodo de 2023. Estamos hablando de 23 horas anuales más.
Esto nos impele a seguir trabajando en este sentido, ya que la reducción de jornada se encuentra avalada por motivos de salud, empleo, medio ambiente, productividad, reparto de la riqueza y formación permanente.
Además, venimos encontrando dos problemas graves: la utilización de los tiempos de presencia y otras formas de disponibilidad del trabajo y la ordenación flexible de la jornada, pero siempre buscando el interés empresarial y nunca la conciliación de la vida personal, familiar y laboral.
Por otro lado, en los sectores de FeSMC se realizan 2,8 millones de horas extraordinarias a la semana, de las cuales el 47,8 % no se retribuye. En algunos sectores de nuestra Federación, el porcentaje de horas extraordinarias sin retribuir alcanza el 84,8 % (Actividades financieras y de seguros). También son llamativos los porcentajes de horas extras sin retribuir en Actividades profesionales, científicas y técnicas (66,2 %) y en Información y Comunicaciones (64,8 %).
Estas cifras son un indicativo de un gran problema estructural de nuestro mercado laboral que el registro de jornada obligatorio no ha logrado corregir, síntoma de que se está incumpliendo sistemáticamente en muchas empresas. En este sentido, resulta necesario garantizar el cumplimiento estricto de esta obligación empresarial, reforzando el papel de la representación legal de las personas trabajadoras, así como de la Inspección de Trabajo.
Seguridad y Salud. –
La recuperación de la actividad y la ocupación durante 2022 han supuesto un incremento de los accidentes de trabajo en un 10,4 % respecto al año anterior, contabilizando 631.724 accidentes de trabajo con baja y 826 muertes en el trabajo, 121 más que el año anterior. Los sectores de nuestra Federación concentran el 45 % de los accidentes de trabajo con baja y crecieron en mayor medida que para el conjunto de los sectores (un 11,5 %), así como el 46 % de los accidentes mortales.
Son cifras inaceptables a las que se debe poner freno de manera inmediata.
Transición ecológica justa. –
La transición ecológica es uno de los factores (junto a la digitalización) que más están influyendo en la transformación del mundo del trabajo, por lo que el movimiento sindical tiene que ser un actor fundamental en el proceso. Y para nosotros, como no puede ser de otra manera, tiene que ser una transición justa, refiriéndonos a la planificación e implantación, con la participación de las personas trabajadoras, de medidas para contrarrestar los posibles impactos negativos que desde el punto de vista social y de empleo puede tener la transición ecológica y el impacto del cambio climático. Su finalidad es facilitar la transición hacia una sociedad más sostenible manteniendo y creando empleos de calidad y medios de vida decentes para todas las personas,
Dentro de nuestra Federación, los sectores que se pueden ver más afectados por esta transición ecológica son el turismo y el transporte.
Nuestra participación en todos estos procesos será vital para salvar o reconvertir puestos de trabajo a través fundamentalmente de la formación. Tenemos que estar presentes en todos los foros sectoriales para analizar, comprender y apoyar la transformación ecológica de muchas de nuestras actividades, impulsando la elaboración de convenios de transición justa para sectores y colectivos estratégicos de nuestra Federación.
Transición digital. –
La digitalización es el futuro, pero de nosotros depende dejar una sociedad caracterizada por la desigualdad y la precarización del empleo o construir un modelo humanista que coloque a las personas en el centro de la digitalización, una sociedad, en definitiva, más igualitaria, más inclusiva, más justa, más diversa, más rica y más próspera.
Para afrontar las nuevas transformaciones tecnológicas (digitalización, robotización, Inteligencia Artificial…) y lograr una transición laboral justa en la adaptación a las nuevas formas digitales se hace necesaria la adopción de un conjunto de medidas por parte de las instancias gubernamentales, así como de las organizaciones sindicales y empresariales. El futuro del trabajo pasa por el diálogo y el acuerdo, herramientas idóneas para acometer este proceso de transformación.
Afiliación y elecciones.-
No podemos olvidar que nuestra legitimidad procede de las elecciones sindicales que celebramos con carácter periódico en las empresas y que es la que nos otorga nuestra representatividad.
Para ello, es muy importante que desde las secretarías de acción sindical del sindicato se elaboren unas directrices de acción sindical y negociación colectiva dirigidas no solo a los negociadores, sino también a los candidatos que se presentan a las elecciones y que deben conocer cuáles son las orientaciones que marca la organización en cada materia para hacerlas llegar a la plantilla y explicarles cuál va a ser el programa que van a desarrollar en caso de ser elegidos.
Evidentemente, no todas las directrices son válidas para todas las empresas, sino que dependerá de cada sector y subsector de actividad, de su situación económica, del tamaño de la empresa, de las condiciones laborales existentes, de los conflictos concretos que se producen en cada empresa, etc.
En definitiva, las elecciones sindicales suponen la máxima expresión de confianza que los trabajadores y las trabajadoras depositan en nuestra organización. En este sentido, debemos estar a la altura y acompañar a la plantilla en todo aquello que necesite: asesorando en los momentos de dudas; explicando las materias que estamos negociando con la empresa o en los convenios colectivos, haciendo partícipes de nuestro trabajo a las personas trabajadoras; prestando todos aquellos servicios que requieran y defendiéndoles ante los tribunales.
Es esencial seguir obteniendo su confianza y seguir ganando las elecciones sindicales, para obtener mayor fuerza sindical y mayor capacidad para conseguir nuestras reivindicaciones, puesto que el fin de una organización sindical no es otro que proteger los derechos de las personas trabajadoras, así como promover sus intereses en aras a mejorar sus condiciones de vida y trabajo.