Sureste Seguridad ha intentado evitar su responsabilidad culpando al Canal de Isabel II de la paralización de la instalación de los cargadores eléctricos

  Recientemente, hemos tenido conocimiento de la grave negligencia de la empresa de seguridad Sureste Seguridad. Mientras sus vigilantes arriesgan sus vidas debido a infraestructuras defectuosas, la empresa ha optado por culpar al Canal de Isabel II para evadir sus responsabilidades. Este comportamiento no solo pone en peligro la integridad de la plantilla, sino que también compromete la seguridad de un aeropuerto.

Sureste Seguridad, una empresa cuya razón de ser es prevenir riesgos, ha demostrado una falta de ética y responsabilidad al no auditar las instalaciones. En lugar de garantizar condiciones laborales seguras, prioriza el recorte de costes, incluso cuando esto implica jugar con la seguridad de las personas trabajadoras. La excusa de culpar al Canal de Isabel II de la paralización de la instalación de los cargadores eléctricos es un claro ejemplo de evasión corporativa. Si bien el Canal de Isabel II pudo haber tenido responsabilidad en el problema, Sureste Seguridad no tomó medidas alternativas ni invirtió en soluciones temporales seguras, optando por transferir la culpa en lugar de actuar.

Este no es un caso aislado, ya que la empresa cuenta con un historial de opacidad y avaricia, como se evidenció en el caso del plus discriminatorio en Barajas. Su patrón de externalizar culpas mientras erosiona los derechos laborales es recurrente. La empresa parece más interesada en proteger sus márgenes de beneficio que en garantizar la seguridad de sus trabajadores.

       Es fundamental que se auditen las instalaciones, se implementen soluciones seguras y se respeten los derechos laborales de los trabajadores. No podemos permitir