En estos días en el conjunto del territorio español se han venido celebrando actos reconociendo la trayectoria profesional de vigilantes de seguridad. Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado conjuntamente con empresas de seguridad privada y con la participación de algunos representantes políticos han puesto un año más en valor la actividad de la seguridad privada coincidiendo como es habitual con el día 21 de mayo.

La realidad en ocasiones nos lleva a observar cómo las palabras lanzadas en estos actos por parte de las empresas y las instituciones se alejan considerablemente de la realidad que vive el colectivo en su día a día. La complementariedad de la seguridad privada con la seguridad publica instaurada por Ley en nuestro país se ve lesionada cuando desde las propias empresas y las instituciones queda diluida bajo un cerrazón explicito hacia potenciar una mayor protección jurídica para el personal de seguridad privada y a su vez una escasa o nula protección individual durante sus jornadas de trabajo. También la realidad diaria ante un necesario cambio de modelo en la seguridad privada en nuestro país, choca con la negativa de empresas y gobiernos de avanzar la edad de jubilación para los profesionales de la seguridad privada como elemento prioritario de adecuación de plantillas ante la anticipación al cambio.

Hablar de avanzar en materia de igualdad, en materia de conciliación así como en buscar fórmulas de dotar a la profesión del reconocimiento social que merece se convierte en batallas diarias con determinadas empresas para que cumplan la Ley, un tema tan sencillo y tan difícil para ellos. La realidad también nos lleva a contemplar como empresas y Administración, cada vez más, presentan en un caso y adjudican en otros  sus servicios hacia las ofertas más bajas generando una degradación constante en la actividad, dejándola sin ningún criterio real de valor añadido y sin una apuesta clara de formación permanente para el colectivo, pero también dejando a las personas trabajadoras sin empleo cuando determinadas empresas presentan quiebras basadas en la impunidad de sus actos. En el día de la seguridad privada y sucesivos, desde UGT pedimos un reconocimiento permanente hacia los vigilantes de seguridad en lo concerniente a empresas, instituciones y Gobierno, que deberán ganarse con hechos y en el día a día cualquier reconocimiento al respecto.