La anterior cuestión no deja de evidenciar la falta de criterio y valentía para afrontar los problemas reales del Sector.
Si bien introducen el término de “sostenible” en su título, sin embargo los Grupos Parlamentarios nuevamente vuelven a olvidarse de las personas trabajadoras del Sector -aquellas consideradas como “esenciales” en lo más duro de la pandemia- por lo tanto sin que dicha característica alcance al ámbito social.
Este país pierde una nueva oportunidad para establecer y potenciar la actualización de los marcos laborales en la actividad a través de la negociación colectiva, así como de la participación de las personas trabajadoras en su determinación, ahondando estas circunstancias en la consabida ausencia de relevo generacional en el sector pesquero.
La escasa visión política sobre este problema por parte de los sucesivos gobiernos ha supuesto que la única alternativa ofrecida por aquellos sea facilitar la cobertura de puestos a bordo mediante personas trabajadoras de terceros países, unido a la devaluación de las condiciones laborales.
El empleo en el Sector no resulta atractivo por su extrema dureza y –como señalamos- por las pésimas condiciones laborales a las que se ven sometidas sus personas trabajadoras, asimismo trabajar en el mar conlleva aislamiento social y familiar, no habiéndose planteado solución alguna a estos problemas.
Frente a lo anterior, desde este Sindicato se realizaron una serie de aportaciones para paliar dichas circunstancias, pero el inmovilismo político ha impedido soluciones progresistas, con lo que esta ley resulta una patada para delante y a seguir con más de lo mismo.
Sin duda, mediante la nueva norma podrá pretenderse un Sector ambientalmente más sostenible, pero seguirá sin resultar humano ni social. A pesar de nuestros casi 8.000 kms de costa, la aprobación de normas como la presente, confirma que este país sigue viviendo de espaldas al mar y su gente.
Si algo puede sacarse de positivo a esta Ley es la aprobación de los coeficientes reductores de la edad de jubilación para colectivos como rederas, neskatillas y empacadoras, así como en la actividad del buceo profesional.
No obstante lo anterior, respecto de este último colectivo, debemos mostrar nuestra disconformidad con el porcentaje reconocido al mismo, más teniendo en cuenta las condiciones de excepcional penosidad y peligrosidad en que se desarrolla esta actividad en un medio hostil, así como resultando avaladas dichas circunstancias por los estudios realizados.
Habiendo transcurrido casi 8 años desde que este Sector Marítimo Portuario de UGT realizó la petición de reconocimiento de coeficientes reductores para el colectivo de buceo profesional -además de las reuniones mantenidas con dicho objeto-, a la vista del procedimiento utilizado para su reconocimiento, así como del porcentaje de reducción, no podemos sentir más que una profunda frustración ante la ausencia de sensibilidad para entender la dureza de esta profesión y la necesidad de posibilitar la anticipación de retiro de las personas trabajadoras del mismo.
Finalmente y sentado todo lo anterior, puesto que el Ministro de Pesca y Agricultura se ha comprometido a abordar aquellas propuestas que no han sido reguladas con detalle en esta Ley, esperamos que desarrolle ahora la parte social del Sector.
En defecto de lo anterior, este Sindicato le estará recordando tanto a él como al resto de la clase política que las personas trabajadoras del Sector quieren soluciones a los problemas planteados, no pudiendo limitarse su actuación política en la concesión de subvenciones sin que las mismas supongan una mejora de las condiciones laborales de la actividad.