El nuevo acuerdo entre Ryanair y CCOO, lejos de suponer un paso adelante en la mejora de las condiciones laborales, supone una fractura en las relaciones sindicales y una cesión a los intereses de la empresa.

El acuerdo de aplicación limitada entre Ryanair y CCOO evidencia que, pese a los relevos recientes, persiste el mismo modelo sindical basado en viejas prácticas y prebendas. Una vez más, CCOO ha decidido actuar al margen del consenso sindical firmando un acuerdo de aplicación limitada con Ryanair.

Lejos de suponer un paso adelante en la mejora de las condiciones laborales, este acuerdo supone una fractura en las relaciones sindicales y una cesión a los intereses de la empresa, sin el aval del conjunto de la representación social.

Este acuerdo, firmado en solitario, sin negociación ni transparencia, responde a una forma de entender el sindicalismo cada vez más alejada de los principios de representación, pluralidad y defensa colectiva.

Se trata de un movimiento unilateral que, además de excluir al resto de organizaciones sindicales, debilita el frente común de los trabajadores y las trabajadoras frente a una empresa con largo historial de conflictos laborales. Lo más preocupante es que este tipo de maniobras no son nuevas.

A pesar de los cambios recientes en la estructura del sector aéreo estatal de CCOO, el modelo sindical que mantienen sigue anclado en las mismas prácticas de siempre: acuerdos discretos, negociaciones sin participación y beneficios que acaban sirviendo más a la empresa que a la plantilla.

Estas decisiones no se explican sin entender la lógica de ciertas prebendas internas que parecen mantenerse más allá de las personas que ocupan los cargos.

Un modelo que prioriza relaciones cómodas con las empresas, aunque eso signifique dejar a un lado la unidad de acción y la mejora real de las condiciones laborales.

Desde FeSMC-UGT lamentamos profundamente esta actuación, que rompe con la posibilidad de avanzar de manera conjunta en la defensa de los derechos laborales, y reafirmamos nuestro compromiso con un sindicalismo serio, combativo, transparente y centrado en las necesidades reales de los trabajadores y las trabajadoras.

Porque aunque cambien las personas, si no se cambian las dinámicas, las viejas costumbres siguen pesando más que el interés general.

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