FeSMC-UGT complementa el debate sobre la prevención de riesgos laborales y el medio ambiente, con herramientas informativas

En el día de hoy se ha realizado la segunda de las dos sesiones programas de Webinars sobre la prevención de riesgos laborales y el medio ambiente, haciendo especial hincapié en el control sindical en los sectores de nuestra Federación. Y, para ello, contamos con la ayuda de la Secretaría Confederal de Salud Laboral, el Área de Medio Ambiente Confederal y de la organización sin ánimo de lucro ECOEMBES.

En la misma, organizada por la Secretaría de Acción Sindical, Salud Laboral y Medio Ambiente de FeSMC-UGT, cuyo responsable, Alvaro Vicioso ha realizado una intervención de apertura anticipando las materias objeto de análisis y debate posterior.

Las ponencias se han centrado en el papel que desarrollan las Mutuas Colaboradoras de la Seguridad Social, en sus competencias, en la problemática que se deriva de la gestión de los accidentes de trabajo y las contingencias comunes, así como en la importancia de la comisión de prestaciones especiales.

Agradecemos el interés y colaboración prestado tanto por Jose de las Morenas, Coordinador de Salud Laboral Confederal de UGT; como de Javier Redondo, Secretario General de la Sección Sindical Estatal de UGT-MAZ; Francisco José Sarasa, Director del Area de Prestaciones de MAZ y de Sergio Sancho, miembro de la Comisión de Prestaciones Especiales de UGT de UGT-FICA Aragón.

En esta ocasión, se han aportado, unos datos sobre la siniestralidad laboral a nivel general y en los sectores de nuestra Federación:

El número de accidentes de trabajo (AT) con baja alcanzó, para toda la actividad económica, la cifra global de 472.587 en el periodo enero-septiembre 2022, un 12,6 % más que en el mismo periodo del año anterior.

El 88 % corresponde a los AT con baja en jornada, que crecieron un 13,5 % más que el año anterior, mientras que los AT con baja in itinere representaron un 12 % del total y un 6,3 % más que el año anterior.

En el caso de los AT con baja en jornada, la siniestralidad se incrementó en mayor proporción para el conjunto de los sectores de FeSMC-UGT: el número de AT con baja en jornada fue de 181.593 en el periodo enero-septiembre 2022, con una variación interanual del 14,1 %, 6 décimas más que a nivel general.

El peso de los AT con baja en jornada en FeSMC respecto al total también ha crecido en el último año, desde el 43,5 % que supuso en 2021 al 43,7 % de 2022.

Del total de AT con baja en jornada, el 12 % corresponde al sector de Comercio y el 10,1 % a las Actividades administrativas y servicios auxiliares, seguidos de la Hostelería (9 %) y el Transporte y almacenamiento (6,8 %). La mayor subida se ha producido en la Hostelería, con un 48,2 % de AT más en el último año.

En el caso de los AT con baja in itinere, en el conjunto de los sectores de FeSMC los AT con baja in itinere alcanzaron los 33.822, el 59 % del total. 

Y el mayor número se concentra en los sectores de Comercio (16,4 %), Hostelería (13,5 %) y Actividades administrativas y servicios auxiliares (13,4 %).

Se observa que la recuperación de la actividad y la ocupación durante 2022 han supuesto un incremento de los accidentes de trabajo. Un incremento empujado por los déficits en la prevención y en las medidas de seguridad y salud; y que muestra su cara más amarga en el crecimiento del número de muertes (un 19,5 % de AT en jornada mortales más y un 12,4 % de AT in itinere mortales más). En nuestra Federación se han registrado 234 AT mortales en el periodo enero-septiembre 2022, un 41,8 % del total.

La precariedad laboral sigue siendo uno de los elementos que facilitan el aumento de la siniestralidad laboral. Uno de los principales objetivos que se marcó la nueva reforma laboral fue la reducción de la temporalidad, lo que seguramente debería estar suponiendo una reducción en las cifras de accidentabilidad, especialmente entre las personas más jóvenes y las mujeres, por ser los colectivos más afectados. Pero no es lo que se aprecia hasta el momento.

Y es que esto no se conseguirá por sí solo, sino que debe ir acompañado de medidas de prevención, ya que sabemos que detrás de cada accidente siempre hay falta de medidas de seguridad, falta de integración de la prevención en la empresa, falta de cultura preventiva o falta de cumplimiento de la normativa.

La Ley de prevención es una ley de mínimos y tras 27 años no ha conseguido reducir la accidentabilidad a unos niveles deseables. Por lo tanto, tenemos que exigir e incorporar cláusulas con medidas de protección y salud laboral más ambiciosas en las negociaciones de nuestros convenios.

A modo de ejemplo, queremos señalar algunas de estas cláusulas que consideramos esenciales:

  • Es un hecho que las empresas con representación sindical son empresas más seguras, ya que existe una mayor vigilancia y exigencia del cumplimento de la normativa de prevención. La falta de representación sindical en la pequeña empresa (por ejemplo, en los sectores de Comercio u Hostelería) impide que se conozcan y se denuncien situaciones de riesgo.

E impulsar la creación de la figura del Delegado o Delegada Territorial/Sectorial, que ha de contar con el acceso a los centros de trabajo, en particular a los de plantillas reducidas, así como de un crédito de horas sindicales suficiente para su cometido.

  • La necesidad de realizar evaluaciones específicas de Riesgos Psicosociales (con metodología avalada por el INSST) y estudios específicos de ergonomía donde sean necesarios.
  • Participación de la RLT para alcanzar medidas preventivas concretas y no genéricas.
  • Establecimiento de estrategias de detección precoz de situaciones de riesgo a través de la vigilancia de la salud específica, que incluya asimismo el aspecto psicosocial y cuya periodicidad sea anual.
  • Incluir Fisioterapia como medida preventiva y no solo correctiva en sectores con riesgo de lesión musculoesquelética (por ejemplo, limpiadores/as, camareras/os de piso, etc.…).
  • Incluir en nuestros convenios la participación de la RLT a la hora de poder decidir sobre el SPA o Mutua de Accidentes, pudiendo analizar la calidad ofrecida y no solo el aspecto económico. 
  • Asimismo, son de gran importancia los protocolos contra la violencia laboral o cualquier tipo de acoso en el trabajo, así como aquellos dirigidos a prevenir el estrés laboral.
  • Inclusión de planes de sensibilización, información y formación, estableciendo duración, contenidos, modalidades de impartición, para garantizar una formación “suficiente y adecuada”.
  • Regular el derecho de la RLT y secciones sindicales a conocer los índices de absentismo. 
  • Asociar el derecho a la desconexión digital con la prevención de riesgos laborales, incluyendo en la política de prevención de riesgos laborales la desconexión digital.
  • Compatibilizar el derecho a la intimidad de la persona teletrabajadora, con el acceso de los organismos a cargo de la prevención de riesgos laborales de la empresa, incluyendo la garantía de acompañamiento a la persona trabajadora por la RLT (en su domicilio para hacer evaluaciones de riesgo).
  • Es necesario incluir la perspectiva de género dentro de la salud laboral, lo que implicaría la atención a las diferencias de género en cuanto a la exposición a los riesgos, la prevención de éstos y las diferentes consecuencias que tienen para la salud. 
  • Promover cláusulas que amortigüen los efectos de la reforma laboral de 2012 en lo relativo al despido objetivo por discapacidad sobrevenida, por ejemplo, desarrollando protocolos de adaptación o cambio de puesto de trabajo por motivos de salud y/o discapacidad. 
  • Incluir Programas o Protocolos de intervención y prevención de las drogodependencias y adicciones en el ámbito laboral, que deben ser contempladas como una enfermedad, como vimos en la Webinar anterior. 

La sesión de hoy se ha cerrado con una ponencia sobre los centros de trabajo sostenibles, desarrollada por ECOEMBES. Existe la necesidad urgente de impulsar una profunda transformación del sistema productivo y económico actual hacia uno más sostenible, para lo que es preciso un mayor compromiso de toda la sociedad y asumir una responsabilidad compartida de todos los agentes sociales. Es fundamental la colaboración entre empresas y trabajadoras y trabajadores para adaptar los centros de trabajo y la actividad empresarial a los desafíos de la transición ecológica, así como para abordar sus efectos sobre el empleo y las condiciones de trabajo.

A través de este diálogo se pueden acordar propuestas concretas para llevar a cabo tanto en grandes como en pequeñas y medianas empresas. Éstas deben incluir propuestas en materia de mitigación y adaptación al cambio climático, movilidad sostenible, así como de protección de la biodiversidad o reducción de la generación de residuos y de la contaminación, incluyendo la formación y la participación de las personas trabajadoras. Esta situación se puede afrontar como una oportunidad para mejorar y modernizar la empresa.